Los niños que comienzan a andar suelen ser adorables: dan abrazos, sonríen graciosamente... Sin embargo, también pueden morder, situación vergonzosa si lo vemos desde un punto de vista social. Y aunque muchos padres se consuelan con que es solo una fase de la niñez, en realidad eso no resulta así en todos los casos. Por ello es importante aprender estrategias para poner freno a esta conducta infantil.
Niños que muerden: ¿cómo lidiar con ello?


¿Por qué muerden los niños?
Por increíble que parezca, morder es parte normal del desarrollo temprano de todo niño. Los bebés y los pequeños que recién empiezan a caminar muerden por diversas razones que van desde el proceso de dentición hasta la exploración de objetos con la boca. Cuando aprenden la relación causa-efecto, muchas veces intentan morder a las personas para obtener una reacción.
Morder también puede ser una forma que encuentra el niño para llamar la atención o expresar sus sentimientos. La frustración, la ira y el miedo son emociones muy fuertes y los pequeñitos no tienen los recursos para lidiar con ellas. Por tanto, es un lenguaje para decir: “Estoy aquí” o sencillamente “Eso no me gusta”.
Es un comportamiento más frecuente en los varones de 1 a 2 años y tiende a desaparecer en la medida que se aprenden otras habilidades de comunicación.

¿Cómo refrenar las mordidas de los niños?
La próxima vez que tu hijo muerda a alguien sigue los siguientes pasos:
Consuela primero a la víctima
Dirige tu atención a la persona que ha sido mordida, especialmente si es otro niño. No debes señalar en primer lugar la conducta errada pues la reforzarías. Recuerda que el mordedor quiere llamar la atención. Si ha habido alguna lesión, desinfecta el área del herido con jabón y agua. Luego aplica hielo.
Permanece calmado y firme
Dirígete a tu hijo con firmeza diciendo: “¡No debes morder!” o “¡Morder lastima!”. Utiliza una frase simple que el pequeñito pueda entender. Deja claro que morder está mal pero sin dar explicaciones que aún no puede entender. Mientras más calmadamente reacciones, más rápidamente se solucionará el problema.
Consuela al mordedor si lo necesita
A menudo sucede que los niños que recién caminan no entienden que morder duele. Es correcto consolar a un menor si se siente culpable por haber lastimado a su amigo.

Ofrece alternativas
Cuando todo se haya calmado, sugiere alternativas que sean a través de palabras, por ejemplo: “No”, “Detente”, “Es mío”, para comunicarse con los otros.
Desvía la atención
Las distracciones obran maravillas en los niños de esta edad. Si los niveles de energía y emociones están muy altos ya, o hay aburrimiento, encauza la atención hacia otro tipo de actividades más novedosas: cantar, bailar, colorear u otro juego.
Si los pasos anteriores no resuelven, puede ser efectivo hacer una pausa: se lleva al niño hacia un lugar más alejado por un minuto y se le calma.
El castigo no suele ser necesario en estas edades pues morder es normal y muchos no entienden que están causando daño a otras personas. Pero sí recuerda ser firme y llevar a cabo cada uno de los pasos anteriores, es una excelente manera de educar mejor a tu hijo.









