Para los padres, nuestros niños son los mejores del mundo y no dudamos en hacérselos saber. Los chicos de hoy crecen llenos de halagos y con la idea de que son los reyes del mundo. El problema está cuando ingresan a la escuela y se dan cuenta que no son los mejores en todo. Un buen jugador sabe que en la vida se gana y se pierde y justamente eso debemos enseñarles.
Niños: La importancia de aprender a saber perder

Porqué hay que aprender a saber perder
El año pasado, mi vecino de 4 años corría una carrera contra su perro. Al ver que el cachorro llegó antes que él a la meta, el chico estalló en un berrinche. Perdió. Pero, ¿cómo? Si siempre le decían que era el mejor...
El asunto se resolvió cuando su madre le explicó que no había perdido, sino que ganó el segundo lugar. El berrinche terminó, pero no hubo aprendizaje. Seis meses después, el mismo niño se negó a entrar a un concurso de dibujo, ya que existía la posibilidad que no ganara.
Un niño que no sabe perder es un pequeño sin tolerancia a la frustración y altamente inseguro. Como padres, nuestro rol es enseñarles a aceptar la derrota sanamente, así enfrentarán los retos sin miedos y con ganas de superarse.

Enseñar a los niños a saber perder
Suena raro, ya que siempre queremos que nuestro pequeño sea exitoso, pero el éxito no sólo se mide en medallas, sino que en la capacidad de afrontar los desafíos del crecer. Enseñarles a perder es un proceso que debe darse de forma gradual en las diferente etapas del crecimiento. Con los niños más pequeños, puede empezar en juegos y, si se equivoca, invitarlo a probar de nuevo.
A medida que van creciendo, los chicos se hacen más competitivos. Si jugamos con ellos, no debemos dejarles ganar para evitar frustraciones, pero sí ayudarles a contener esa frustración y transformarla en algo positivo. El juego es divertido, ganen o pierdan y ese es el mensaje que debemos transmitir.
Algo vital es no burlarse del que pierde y no me refiero al chico, sino que al ejemplo que damos como adultos. Si constantemente hacemos burla del equipo que perdió el partido o del fracaso de un amigo o persona cercana, estamos transmitiendo que perder es algo vergonzoso.

El juego limpio
El ganar o perder es fruto del esfuerzo y capacidades que se pone en cierto juego o actividad y no de trampas o aprovechamiento. Los niños deben tener claro el concepto del juego limpio.
Es normal buscar el triunfo, pero sin pasar por sobre el resto. Hay niños que hacen trampa casi sin darse cuenta. Si vemos que nuestro niño es tramposo o se aprovecha de otro más pequeño, debemos intervenir.
El juego limpio es un concepto que no sólo se usa en el deporte, sino también en todos los aspectos de la vida. Al hacer trampa no sólo engaño a los demás, sino que también a mi mismo.
Con la guía adecuada, nuestro niño se irá desarrollando socialmente y será un ganador de la vida, ya que para ser feliz no son necesarios trofeos o medallas, solo sentirse bien consigo mismos.









