Anteriormente vimos algunos de los principales reflejos de los recién nacido, los cuales les permiten aprender y desarrollarse a medida que aprenden a subsistir por sus propios medios.
Los primeros reflejos de los recién nacidos (II)

El ' reflejo de Babinski', que lleva el nombre del doctor franco-polaco Joseph Babinski quien lo describió por primera vez en 1896, se da cuando se acaricia firmemente la planta del pie del recién nacido y el pequeño reacciona doblando instintivamente el dedo gordo hacia la parte superior del pie mientras que los otros dedos se despliegan en abanico.
Otros elementos instintivos del recién nacido son sus movimientos, al principio son bruscos, pero con el paso del tiempo maduran y entre las cuatro y seis semanas empiezan a suavizarse y hacerse más coordinados.
El reflejo del paso o de 'de caminar' o 'de baile', se manifiesta cuando el bebé tiende a dar pasitos cuando se le pone de pie. Este deseo de moverse por sí mismo provoca en los adultos la percepción del bebé de estar bailando, la cual se mantendrá hasta que cumpla un año, época en la que la madurez motriz le permitirá controlar perfectamente sus movimientos.
La vista también forma parte de los reflejos. Al principio los bebés `no enfocan bien´las imágenes y su entorno, y es muy sensible a la luz intensa, por lo cual sus ojos bizquean o se van hacia los lados.
En la primera etapa de sus vidas los bebés solo pueden establecer contacto visual cuando los sujetos están muy próximos, entre 8 y 12 pulgadas. A su vez, cómo no han desarrollado la diferencia de matices de colores en su retina, ven casi todo en blanco y negro.
El oído es uno de los reflejos que se desarrolla paulatinamente, entre las cuatro y la sexta semana de vida el bebé tiene el sentido del oído completamente desarrollado.
Cerca del mes y medio de vida el recién nacido reconoce el olor de la leche materna y se sentirá más complacido ante los olores dulces que los fuertes o agrios.









