¿Un nombre puede determinar la forma de ser de cada individuo? Conversamos con Lauro Alonso, experto en decodificación e interpretación de nombres y esto es lo que nos contó.
¿El nombre que elegimos para nuestros hijos puede condicionarlos? Un experto nos explica el porqué

— ¿El nombre que tenemos nos puede condicionar?
— Lauro Alonso (L.A): Los nombres no determinan, pero condicionan. Esto se debe a que la mente, de manera inconsciente, los lee como un programa y los interpreta en forma casi literal. Condicionan activando los mecanismos que nos inducen a cumplir ese mandato. Si yo me llamo «Libertad », tiendo a una de estas dos opciones: tomar el mandato o hacer lo contrario. El nombre es como una fórmula y lo que hace el inconsciente es decir qué espera de ti.
Todo lo que tenemos tiene un sentido y ese sentido es previo a la cosa. Primero estuvo la necesidad de la cosa y alguien desarrolló la cosa. Con el nombre es igual, generalmente se elige antes de que nazca la persona o ni bien nace. El nombre define lo que la cosa es y hace, igual con los nombres de las personas. El inconsciente lo toma como una identificación pero de su identidad.
— En una entrevista definiste al proceso de identificación, ¿cómo puede interferir nuestro nombre en ese proceso?
— L.A: Directamente, porque si yo tengo el nombre de algún antepasado, mi mente inconscientemente va a buscar la historia de ese antepasado. La tengo, incluso, genéticamente inscripta, pero también la puedo escuchar. Nuestra mente va a hacer este razonamiento: «Si yo me llamo así, y esta persona se llama o se llamó así, entonces lo que esperan de mí es más o menos lo mismo que esperaban de esa persona». A eso se le llama identificación. Empiezo a actuar como el otro, a adquirir cualidades o características del otro, o a pretender encarnar al otro, simbólicamente hablando, frente a la familia.
Esto puede traer muchos problemas. Si ese otro es mi padre, yo paso a ser mi padre, entonces mi pareja pasa a ser mi madre. Se genera un incesto simbólico. Yo soy mi propio hijo y si tengo hermanos paso a ser el padre de mis hermanos, soy el hijo de mis abuelos, o sea, se desorganiza todo. Y ahí surge de la vida las dificultades para tener pareja, problemas de fertilidad, problemas de relacionamiento, surgen de ese tipo de dinámicas. El nombre es la llave, una de las llaves, hay más.

— ¿Se puede diferenciar los nombres por categorías?
— L.A: Las hay, son complejas, no es en positivos y negativos, todos los nombres tienen algunas sombras y cualidades positivas o luces. Podemos clasificar nombres más activos, nombres más sensitivos, nombres más pasivos, nombres con una carga más arquetípica, es decir, nombres que conectan con una idea que en el inconsciente colectivo ya está, por ejemplo: Noé, Jesús, María, Augusto, nombres que son figuras importantes que tienen carga propia, nombres que son más modernos e históricamente menos poblados de parámetros. La clasificación es compleja, pero no siempre es la más útil, lo mejor es entender al nombre como una fórmula. El nombre es una fórmula de átomos conectados, son una molécula y eso tiene interpretación profunda.
— Un poco para ejemplificar esta idea, podríamos hablar del nombre Valentina.
— L.A: Ningún nombre tiene una posible decodificación final. Yo nunca puedo decir «esto es todo». Eso está mal. Siempre será incompleta.
Como todos los nombres, «Valentina» tiene claros y oscuros. La sombra del nombre es ir despacio. Hay muchos niveles de interpretación, yo estoy partiendo del simbólico que trata de quebrar al nombre y jugar literalmente con los sonidos, las sílabas y las partículas. “Va lentina”, va despacio. Una pregunta que se pueden hacer es si en la historia familiar, quién tomó una decisión apresurada, a quién le pasó algo por ir muy rápido, hasta incluso podrían pensar quién tuvo hipertiroidismo. No es obligatorio, no son mandatos ni nada, son posibilidades.
Otra cosa, en este caso positiva, es que tienen valor. En dos líneas, tener valor de ser valiente, o tener valor de valer, de ser valioso, ser apreciado. Entonces, podrían pensar en la familia, sobre todo teniendo en cuenta quién eligió el nombre, quién no se sintió valorado o no pudo usar sus cualidades. Es muy raro que una persona con un nombre así no conozca, por lo menos, unas cuantas de sus cualidades, son conscientes de sus virtudes, de lo que valen. Otro mandato que el nombre tiene es hacer, moverse, ir. Son personas que tienen que tener cuidado con el estrés, puede tener contracturas, no les gusta mucho la rutina, lo que es agobiante. Tiene la sílab a “va” y tiene que ver con moverse, “va” de ir.

— ¿Cómo juegan en nuestra personalidad los nombres compuestos? En mi caso me llamo "María Valentina", y en el caso de mi compañera, "Valentina Florencia".
— L.A: Los nombres compuestos se especializan. Tengo agua, si le echo un sobrecito de saborizante voy a tener un jugo de uva. El primero, segundo o tercer nombre, lo que hace es especializar.
Entonces, por ejemplo, en el caso de « María Valentina», el más importante en este caso es «Valentina», « María» lo que hace es conectar con el arquetipo de la Virgen María, sin importar la religión que uno tenga, y eso hace que sea un « Valentina» al servicio de lo femenino, de la sensibilidad, de la ley, de lo que es correcto, de lo ético. Todo eso que lo dije del nombre, pero aplicado con sensibilidad, el movimiento bruto no es bueno. Rápido sí, pero cuidadoso. Probablemente también esté aportando a la línea femenina del Clan. O sea, las personas que necesitaban eso eran más bien las mujeres del árbol, las que necesitaban más movimiento y más poder son los de la línea femenina del árbol. Si tendría de nombre compuesto « José», conectaría con la línea del padre, «María» con el de la madre.
En el otro caso, el primer nombre es «V alentina» y utiliza ese. « Florencia» tiene una connotación diferente porque tiene un toponímico de Florencia, Italia Al tener antepasados italianos, ese nombre los conecta con la memoria de la tierra de la que vinieron, es como si a través de ese nombre y de esa persona recordaran la alegría vivida, es como una cosa nostalgia. Eso generará la sensación de que se tiene que cumplir con la familia, estar disponible para ellos. Es una carga, si quiere alejarse vas a sentir una sensación de culpa, y se irá, quizá, pero no mucho. Y la parte positiva es que el nombre « Florencia» conecta con lo que tiene que ver con las flores, la alegría, los colores, la expansión. Es importante desarrollarse en lugares despejados, donde haya libertad.
¿Sabías que los nombres nos pueden condicionar? ¿Cómo te llamas? Cada nombre puede tener una significación y son ellos los que nos conducen en el proceso de identificación. Una nueva mirada en este grandioso mundo de los nombres.
¿En qué pensaste cuando elegiste el nombre de tu hijo? No hay nombres elegidos al azar, ¿lo sabías?








