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Ejercicios de Kegel en el embarazo

Si te dijera que puedes acortar y facilitar el nacimiento de tu bebé en el trabajo de parto, ¿me creerías?

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Pues sí, existen unos ejercicios llamados Kegel que consisten en tonificar un músculo llamado “Músculo Pubococcígeo” o “del piso pélvico” que te permitirá facilitar la expulsión del bebé así como evitar una episiotomía. Este ejercicio también es muy conocido debido a que, si es practicado regularmente, incrementa el placer sexual, ya que mejora el tono muscular de las paredes vaginales. Es más, estos ejercicios en hombres les ayudan a prevenir el cáncer de próstata y a mantener durante más tiempo las erecciones.

Los músculos del piso pélvico van desde el pubis hasta el coxis y son el soporte de la vejiga, el útero, la vagina y parte del recto.

Durante el embarazo, si este músculo no está fortificado, puede vencerse debido al peso y provocar incontinencia urinaria al toser, reírse, estornudar o hacer un pequeño esfuerzo. Ésta es otra buena razón para llevar a cabo los ejercicios de Kegel, ya que ayudan a la prevención de la incontinencia urinaria, tanto en hombres como en mujeres.

Imagen Wikimedia

Para identificar el músculo correcto, podemos realizar la siguiente actividad:
- Siéntate en el excusado con las piernas separadas.
- Comienza a orinar.
- Detente.
- Sosténlo e identifícalo.
- Afloja el músculo y continúa.
- Repítelo hasta que aprendas a controlar el músculo.

Es importante comentar que esta actividad sólo se debe realizar para identificar el músculo, no es saludable detener el proceso de orinar regularmente. Una vez identificado, podemos comenzar a practicar los ejercicios:
1. Contraemos y relajamos en un tiempo.
2. Sostenemos, contraemos durante 4 tiempos y relajamos.
3. Al inhalar contraemos en 4 tiempos, sostenemos el aire y la tensión en 4 tiempos y exhalamos y soltamos en 4 tiempos.
4. Vamos contrayendo poco a poco el músculo en 4 niveles (un poco más contraído cada vez), sostenemos 4 tiempos y relajamos poco a poco por nivel.
5. Flexionamos las piernas, manteniendo las rodillas juntas. Inhalamos haciendo tensión en los pies, piernas, glúteos, músculo del piso pélvico y abdomen. Exhalamos lentamente separando las rodillas y relajando en orden inverso a como hicimos la tensión (abdomen, piso pélvico, glúteos, piernas y pies) el cuerpo.