Creo que esencialmente lo que se necesita para criar un bebé feliz es simplemente dejarse guiar por un instinto natural, que en algunas culturas llaman instinto maternal, y que tiene que ver, con volvernos un poco "bebecéntricos", porque todo gira alrededor del bebé. Si tienes un bebé, o lo has tenido en algún momento, sabes de lo que hablo.
Cómo criar un bebé feliz

Es imposible resistirse a sus manitas apoyadas en nuestros senos mientras los amamantamos; es imposible no derretirse ante su primera sonrisa; es imposible resistir la tentación de besar sus cálidos piecitos mientras los cambiamos. Déjate llevar por tus emociones, hoy te cuento cómo criar un bebé feliz desde el apego.
Confía en tus instintos
La naturaleza ha pensado en tí y en tu bebé como un equipo perfecto. Por eso, él sabe cuando debe asomar al mundo; por eso reconoce tu voz, la cual viene escuchando desde hace nueve meses; por eso, sabe cómo succionar dulcemente su alimento de tu pezón. Estaban destinados uno al otro, desde tiempos memorables, estaba escrito en las estrellas que él sería para tí y tú para él.
Aférrate al bebé
Cuánto más cerca esté tu bebé de tí, mejor. Tu pequeño necesita sentir tu calidez. Aprovecha cada instante para abrazarlo, para tenerlo entre tus brazos. En el mercado existen unas mochilas especiales para que las mamás puedan llevar a sus bebés pegados a sus pechos. Piensa que en las culturas primitivas las mujeres trasladaban a sus bebés de esta manera, incluso mientras hacían otras tareas.
Dile sí a la lactancia materna
Si está dentro de tus posibilidades, no te niegues vivir esta maravillosa experiencia. Tu leche protege a tu hijo de una manera sorprendente, piensa que ni siquiera necesitará tomar agua, porque con la lactancia se mantendrá hidratado. Hay emociones que no se pueden describir, esta es una de ellas.
Comparte los dulces sueños
No sientas miedo de dañar a tu bebé si decides recostarte junto a él en tu cama. Obsérvalo. Sorpréndete con esa insinuación de sonrisa e imagina que tu bebé está soñando que ambos van galopando sobre caballitos alados sobre nubes de algodón. ¿Cómo podrías hacerle daño? Tú eres el hada de sus sueños.
Como siempre digo, aprovecha este tiempo, porque crecen rápido, tan rápido que cuando te quieres acordar, ya llegan al metro cincuenta y, prácticamente, deberás robarle los besos y los abrazos.
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