Ni siquiera toda la investigación que puedas hacer, las clases para padres, o los consejos que otros te den pueden prepararte para el rol de ser madre. Y es que uno de los momentos más naturales de convertirte en mamá, alimentar a tu hijo de tu pecho, puede venir con varias sorpresas.
7 verdades de amamantar que agradecerás saber y pocos mencionan

En la página Hello Giggles, algunas madres compartieron las anécdotas de cuando tuvieron que dar de mamar. Con la lactancia hay experiencias muy diferentes: para algunas mujeres fue fácil, para otras dolió y otras directamente no pudieron hacerlo. Pero a la mayoría probablemente le hubieran servido estos consejos.
1. Al principio es difícil

Puede tomar incluso días que el bebé aprenda a succionar correctamente. Mientras tanto, la solución es buscar adherirlo al pecho de la mejor forma, pero esta experiencia no es igual para todas las madres o todos los bebés. Se pone más fácil luego de los dos meses.
2. Adiós a tu tiempo libre
Amamantar al bebé ocupa la mayor parte del tiempo de la madre en los primeros meses. Los bebés necesitan alimento con frecuencia, y las tomas parecen horas interminables. Sí, un recién nacido puede pasar casi una hora al pecho de su madre. Para ella, es sumamente agotador. Luego de los dos meses, probablemente empiece a alimentarse en sesiones más cortas. Es más, después de los seis meses la madre pueda tener un descanso y complementar la alimentación de su bebé con otras fuentes.

3. Hay manera de cortar la succión
Intentar sacar a tu bebé de tu pecho cuando se quedó dormido solo hará que tus pezones terminen lastimados. Usar un dedo, colocándolo entre sus encías para que suelte el agarre, es un método efectivo de cortar la lactancia sin dolor.
4. Puede molestar
Puede que tus pezones se lastimen e incluso sangren en los primeros días, ya que se están adaptando a un ser que está succionándolos durante casi todo el tiempo. Luego se adaptan y la piel se vuelve más resistente. Luego no debería doler, si logras la posición adecuada para el bebé. No ignores tu dolor si persiste, y consulta a un médico especializado.

5. El cuerpo lo siente
Cuando llega leche a tus pechos, sientes que van a explotar si no amamantas a tu bebé, y hacerlo liberará la presión. La urgencia será parecida a las ganas de ir al baño justo después de una ecografía, es decir, de haber tomado más de un litro de agua toda junta.
Además, durante la primera semana de lactancia, dar de mamar al bebé hace que el útero se contraiga en este preciso momento. Esto hace que las zonas abdominal y de la espalda baja duelan. El dolor persistirá hasta que el útero llegue a su tamaño normal.

6. Te da hambre y sueño
Especialmente en las primeras semanas, sientes mucha hambre y sed durante el momento mismo de la lactancia. Además de eso, te encuentras cabeceando, y puede que llegues a dormirte con tu bebé en brazos. Todo esto es causado por la liberación de hormonas (oxitocina y prolactina) que implica la lactancia.
7. Otras experiencias no serán como la tuya
Algunas madres te habrán dicho que amamantar fue lo mejor que les pasó en la vida, en tanto que para otras fue una pesadilla. No sirve de nada hacerte ilusiones o crear nerviosismo innecesario ante ese momento, porque tu experiencia y la de tu bebé será única.

Sigue leyendo:








