3 señales de que ya NO eres una mamá novata

¿En qué momento una mamá novata se convierte en una mamá experta? Las experiencias que vives con tus hijos día a día son las encargadas de hacer la diferencia, situaciones que antes te generaban nervios ahora te parecen algo fácil de resolver.

Una madre deja de ser novata cuando sabe reaccionar rápidamente a las demandas de sus hijos y a los hijos de otras madres novatas. Llega un día en el que te sientes como si tuvieras todo bajo control, preparada para enfrentar cualquier situación de riesgo. Pero hay otras señales, presta atención.

#1 Pierdes el asco al mal olor

Sí, me refiero al olor que desprende el vómito o la materia fecal de tus hijos. Tú no has perdido el olfato, simplemente has dejado de percibir el mal olor porque te acostumbras, y porque ahora no es lo primero en lo que piensas.

Por ejemplo, el vómito. Algo maloliente que antes te traía náuseas de olerlo ahora solo te hace pensar en lo mal que se encuentra tu hijo, y en hacer algo para que mejore.

#2 Sabes cuándo recoger a tu hijo del suelo 

Cuando eras una mamá novata sufrías al ver a tu hijo caer al suelo y corrías a recogerlo, o lo llevabas al hospital sin evaluar su estado, siendo muchas veces innecesaria una consulta.

Si ya has dejado de ser una mamá novata habrás adquirido un sexto sentido que te dice cuándo la situación es realmente grave. Antes de desesperarte esperas unos segundos para ver la reacción de tu hijo luego de una caída o golpe.

#3 Predices y sabes advertir con tiempo

Una madre con experiencia sabe por ejemplo cuándo un niño se puede caer de un árbol. En cambio, una mamá novata es la que mira el chichón cuando el niño ya está en el suelo y le dice, “tendrías que haber tenido más cuidado”. La advertencia 10 segundos antes habría sido mucho más útil.

Ver también: Vivencias que solo una verdadera madre puede entender

¿Qué experiencias personales con tus hijos te han demostrado que ya no eres una mamá novata sino una supermamá?