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Verbena, suave tónico digestivo

La verbena, conocida también como hierba santa, es una planta herbácea siempre verde, que alcanza un metro de altura y crece en toda Europa, Asia, África y América. Su tallo es recto, cuadrangular y muy ramificado. Las hojas son alargadas, de borde dentado y con un vello áspero. Las flores crecen agrupadas en largas espigas y son de color lila. Las hojas y flores se recogen en verano, y la raíz en otoño.

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Nombrada científicamente Verbena officinalis, esta planta se ha utilizado como hierba medicinal o suplemento para la salud tanto en los países occidentales y orientales desde hace siglos. Se ha utilizado para tratar la disentería aguda, amenorrea, enteritis y depresión.

La planta entera en cocción se usa para aliviar la congestión del hígado, las dolencias de bazo y riñones y previene la formación de cálculos biliares. La infusión de hojas y flores frescas favorece la buena digestión y la absorción de los alimentos.

La tintura realizada con las flores y hojas frescas actúan como calmante y relajante para el estrés y la ansiedad. Con una cataplasma de hojas y flores se sanan los golpes y heridas. No debes tomar preparados de verbena durante el embarazo.

La decocción para combatir la congestión de hígado se prepara con 100 gramos de raíces, hojas y flores de verbena, y un litro de agua. Hierve a fuego lento durante 15 minutos, filtra y reserva. Bebe dos o tres tazas al día.

Para la inflamación de garganta, puedes hacer gárgara con la infusión de dos cucharaditas de hojas y flores frescas por taza de agua. Mientras que la infusión de 30 gramos de hojas y flores de verbena en un litro de agua, es un buen remedio para contrarrestar el agotamiento nervioso. Toma tres o cuatro tazas al día.

La cataplasma para tratar los golpes y la artritis se prepara con un puñado de hojas y flores frescas de verbena y 150 ml de vinagre. Debes cocer la planta en el vinagre, y cuando este se haya evaporado, pon la planta en una tela. Aplica caliente en la zona dolorida.