Ser tímido es un rasgo de la personalidad que cuesta comprender si uno no lo tiene (o padece). Quienes no saben lo que se siente no se imaginan cuán limitante y frustrante puede sentirse por momentos, especialmente en aquellos en que necesitamos salir de nuestra zona de confort.
¿Timidez? Estos son los mejores consejos para vencerla de una vez por todas


Y para aquellos que saben lo que se siente tener esa barrera imaginaria a su alrededor, cada uno de estos consejos le servirá. Porque aunque no lo reconozcas, la timidez no es más que un hábito que sí puede vencerse.
No lo aclares

Si te consideras una persona tímida, no necesitas advertir a nadie de ello. En lugar de presentarte como alguien con timidez, deja que te conozcan y no crees una idea de ti mismo de antemano.
Reconoce tus fortalezas

Tal vez eres tímido, pero ese es uno de tus tantos rasgos. En lugar de concentrarte en eso, piensa en todas tus otras cualidades cuando sientas que la timidez se apodere de ti y verás que te sientes mucho más seguro.
Elige bien tus amistades

Para las personas tímidas es difícil comportarse como «el sociable del grupo» y a veces es todo lo que desean. Pero es importante tener en cuenta que la calidad de tus amigos es mucho más importante que la cantidad, por eso, si tu timidez te ha permitido conocer pocas personas pero buenas, no tienes absolutamente nada de qué preocuparte.
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Deshazte de personas tóxicas

Siempre habrá alguien que encuentre tu debilidad en la timidez y que disfruta de molestarte y dañarte de esa manera. Pero no necesitas ese tipo de personas en tu vida, de hecho nadie las necesita, por eso será mejor que te alejes de ellas.
Un mal momento no es un mal día

Si hoy tuviste que atravesar un momento donde la timidez te jugó una mala pasada eso no significa que tengas que lamentarte el día entero por ello. En lugar de maldecir tu comportamiento, comienza a buscar oportunidades donde puedas revertir eso y demostrar que sí puedes vencer la timidez.
No pienses tanto

Cuando llega la hora de enfrentar situaciones difíciles como una entrevista de trabajo o una cita, nos invade un miedo a que la timidez se apodere de nosotros. A pesar de que pensemos que estando pendiente de ella es la única manera de controlarla, si nos olvidamos de la timidez todo fluye mucho mejor.
La vergüenza jamás debería obligarte a renunciar a tus sueños y objetivos. Cada vez que sientas que te dejas vencer, recuerda que solo de ti depende dejar de lado la timidez y que al fin y al cabo las personas son igual a ti y no deberías sentirte intimidado. ¡Tú puedes!
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