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Soy mexicana y nunca he visto telenovelas (no me quiten la nacionalidad, porfa)

Hola, soy Lilian, nací en México, crecí en México, siempre he vivido en México... y no veo telenovelas.

Imagen YouTube

Mi conocimiento en telenovelas se limita a los memes de Soraya Montenegro y a que Thalía se ha llamado María como en mil historias diferentes. Hasta allí.

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Es extraño porque, cuando vives en México, todos asumen que ves novelas (o "El Chavo del 8", que tampoco me gusta, jaja). No sabes cuántas referencias a las telenovelas se hacen en las conversaciones de todos los días hasta que eres un completo ignorante de ellas.

Nunca agarras los chistes, todos explotan en risas o en recuerdos nostálgicos y tú sólo das una risita mientras te volteas a otro lado. Porque, por alguna razón, te da pena admitir que no estás entendiendo nada.

Vi varios episodios de "Amor en custodia" y de la segunda parte de "Mirada de mujer", pero lo hice más porque me gustaba estar con mi familia y comentar lo que veíamos que porque me gustaran los programas en sí.

En preescolar intenté ver "El diario de Daniela" y dos horas después ya no recordaba qué había pasado. En la fonda cerca de mi casa siempre estaba "Aventuras en el tiempo" a la hora que comía, pero era más ruido de fondo que nada. En secundaria ni siquiera intenté subirme al tren de "Rebelde". No valía la pena, estaba segura de que el resultado no iba a cambiar.

Lo siento, Anahí. Lo nuestro no iba a funcionar.

Cuando dices que no te gustan las telenovelas, por lo general te responden con frases como esta: "Ay, sí. Que soy muy inteligente para seguir una novela o ver la tele". Como si por confesar ese anti-gusto estuviera declarando una guerra de odio en contra de las personas que sí disfrutan de esas series. ¡Para nada!

Lo de la televisión no podría ser más falso. Me encanta verla. Me crié con los Simpson y los infomerciales me arrullaban en la noche. En mi casa no veíamos novelas. No por cuestiones de "estatus" o "IQ" o lo que sea,  sólo no eran lo nuestro. Nos gustaban más los programas de concursos. Hasta llegué a votar por teléfono para La Academia.

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Este texto no tiene ningún objetivo súper reflexivo, porque que alguien no esté enamorado de las telenovelas no es un problema gravísimo que debería denunciar ante la CNDH porque todo el país me discrimina y lloro hasta quedarme dormida.

Sólo es para pedir que no me desnacionalicen por no saber nada de esta parte tan arraigada a nuestra cultura, nada más. Jaja. Y para que tú, que estás leyendo esto, si también eres de esos especímenes que no disfrutan de estos programas, sepas que no estás solo. Un saludo para ti en donde quiera que estés.

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