Todos queremos independizarnos, soñamos con tener nuestro propio espacio para hacer lo que queramos sin que nadie nos moleste ni cuestione. Cuando vivimos con nuestros padres no vemos la hora de mudarnos, pero cuando llevamos a cabo esa amenaza que tanto venimos haciendo, nos damos cuenta de que vivir bajo el mismo techo que nuestros padres tenía un montón de beneficios.
¡Quiero a mi mami!: 9 cosas que extraño de vivir con mis padres


¿Tú también los extrañas? ¡Seguro esto es todo lo que echas de menos!
1. «Está la mesa servida»
Crecimos escuchando la voz de nuestros padres llamándonos a comer y hasta el último día antes de mudarnos fue así. Tener la comida pronta sin la mínima preocupación es un enorme privilegio de vivir en casa de nuestros padres que solo valoramos una vez que nos mudamos.
Cuando te independizas, te das cuenta de lo mucho que cuesta comprar la comida y también el poco conocimiento que tienes en la cocina.
2. La casa limpia
La realidad es que cuando vivimos con nuestros padres rara vez tenemos que preocuparnos por la limpieza del hogar. Y eso es algo que nos damos cuenta cuando abandonamos el nido y tenemos que limpiar absolutamente todo nosotros, sin estar demasiado seguros de cómo se hace.
3. ¿Impuestos?
Una verdadera señal de que te has independizado por completo es que pagues tus propias cuentas (la luz, el agua, la cuenta del teléfono) y si bien es una sensación satisfactoria, también es doloroso pensar en que antes no tenías ese gasto.
4. ¡Mi mascota!
Una de las razones por las que postergaste tu partida fue por lo mucho que extrañarías a tu mascota. A pesar de que vas con mucha frecuencia a lo de tus padres, no es lo mismo que antes cuando dormía contigo.
5. Arreglos de la casa
En tu hogar sabías que tu padre era quien se encargaba de todos los problemas de funcionamiento del hogar, pero ahora dependes puramente de ti, y te has dado cuenta de que apenas sabes cómo cambiar una lamparita.
- Te podría interesar: «8 pensamientos que pasan por tu cabeza cuando ves fotografías de cuando tenías 18»
6. Tus hermanos
La cantidad de veces que te peleaste con ellos jamás podrá superar el amor que les tienes y lo mucho que los extrañas ahora que no vives más con ellos. Por más pequeño que sea tu hogar a veces el silencio te hace querer volver a casa.
7. La ropa lavada
Es probable que ya lavaras algunas de tus prendas, pero la gran mayoría se lavaba en colectivo con la de todo el hogar y tú ni siquiera te enterabas. Ahora que vives solo ni siquiera tienes una máquina y te ves obligado a pagar fortunas en la lavandería o lavar a mano.
8. Ruidos en la noche
Sabes que eres grande y que no deberías asustarte, además los fantasmas no existen. Pero cuando estás a oscuras y escuchas ruidos extraños no tienes a quién acudir y es cuando más deseas estar en tu hogar.
9. Tu familia
Además de todas las comodidades que extrañas, lo que más te hace falta es tu familia. Valoras mucho más las cenas en familia, las conversaciones que tenías con tus padres y las peleas sin sentido con tus hermanos.
Ahora bien, la independencia tiene muchos aspectos positivos que no cambiarías por nada, pero debemos aceptar lo mucho que nos hacen falta determinadas costumbres de vivir con nuestros padres. Por eso, aprovecha y disfruta de cada segundo que estás en su casa y aprecia todo lo que han hecho por ti en estos años.









