Prescrito y utilizado con discernimiento, un medicamento psicoactivo permite atenuar o hacer que desaparezca un sufrimiento psíquico: ansiedad, depresión, enfermedad maniacodepresiva, desarreglos delirantes, etc.
¿Qué son los medicamentos psicoactivos?

Un medicamento psicoactivo está prescrito por un médico: tras un examen, este establece un diagnóstico y, si lo estima necesario, determina el tratamiento adaptado al estado de salud del paciente.
Efectos y peligros de los medicamentos psicoactivos
Los efectos de los medicamentos psicoactivos difieren en función de su composición química, las dosis administradas y la sensibilidad individual del paciente.
Asociar los medicamentos a otras sustancias psicoactivas comporta peligros, además de ciertas interacciones que son desconocidas médicamente. La mezcla con alcohol, por ejemplo, favorece o anula los efectos de cada una de estas sustancias absorbidas.
Los efectos de un medicamento psicoactivos difieren en función de la categoría a la que pertenece, y son de tres tipos:
1. Las benzodiazepinas

Ansiolíticos o hipnóticos, son prescritos para calmar las manifestaciones de la angustia o de la ansiedad, por sus propiedades sedantes y para facilitar la relajación muscular.
Pueden conllevar: pérdida de memoria de hechos recientes, disminución de la vigilancia, somnolencia, reducción de los reflejos. Estos desarreglos hacen peligrosas la conducción de un vehículo o el uso de una máquina.
La ingesta de alcohol a lo largo de un tratamiento es nocivo, ya que este aumenta el efecto sedante de los productos. La combinación de benzodiazepinas con tratamientos de sustitución de la heroína a base de metadona expone a un riesgo de depresión respiratoria, pudiendo provocar la muerte. Las benzodiazepinas conllevan una dependencia física y psíquica, favorecida por la duración del tratamiento, la dosis administrada, los antecedentes de otras dependencias y la combinación con el alcohol.
La dependencia física y psíquica se traduce, con la parada busca del tratamiento, por un fenómeno de ausencia cuyos principales síntomas son el insomnio, los dolores musculares, la ansiedad, la irritabilidad, y la agitación. Parar progresivamente la ingesta del medicamento permite evitar estos desarreglos.
2. Los tranquilizantes o ansiolíticos

Estos reducen la angustia y las manifestaciones de la ansiedad, insomnios, tensión, etcétera. No están indicados para una enfermedad precisa, pero sí para responder a un estado de ansiedad. Sin embargo, todo estado de este tipo no requiere sistemáticamente una prescripción de estos medicamentos.
Los tranquilizantes más prescritos, concretamente para una duración más larga, pertenecen a la familia de las benzodiazepinas, conocidas por el riesgo de dependencia física y psíquica que conllevan. Los tranquilizantes son a veces utilizados de forma toxicomaníaca, en dosis masivas o combinadas con otros productos.
3. Los somníferos o hipnóticos

Están destinados para provocar y mantener el sueño, por esta razón pueden reducir la vigilancia en estado de vigilia.
¿Has consumido alguna vez medicamentos psicoactivos? ¿Conoces sus efectos? ¿Crees que es bueno consumir este tipo de remedios?
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