El dolor de garganta es una inflamación a nivel de las mucosas de la garganta que nos ocasiona múltiples molestias. Conocer las causas nos permitirá saber cómo prevenir el dolor y, en el más desafortunado de los casos, saber cómo tratarlo.
Por qué duele la garganta

Causas y síntomas del dolor de garganta
El dolor de garganta provoca una sensación de escozor, picor, fuerte dolor e irritación. Este malestar es normalmente un síntoma de alguna enfermedad asociada a los enfriamientos. En general, es síntoma de una infección microbiana como la angina o una rinofaringitis.

El dolor de garganta conlleva molestias más o menos importante que se agravan a la hora de tragar alimentos sólidos. Estas molestias suelen ir asociadas con fiebre, cansancio general, moqueo de nariz, dolor muscular y dolor de cabeza. En algunos casos el hecho de hablar mucho y fuerte puede favorecer el dolor.
En caso de dolor de garganta más complicado, aparece una inflamación de los ganglios linfáticos, aliento desagradable, afonía y dificultades respiratorias.
Cómo aliviar el dolor de garganta
Para el tratamiento del dolor de garganta se suelen utilizar antibióticos, sin embargo, existen métodos naturales para su curación. Bebiendo un caldo de regaliz una vez al día, el dolor de garganta desaparece en poco tiempo. Para la preparación, hace falta hervir medio litro de agua con seis cucharadas de café de trozos de regaliz, durante unos veinte minutos.

Gracias a las propiedades antiviriales y bactericidas del ajo, se puede curar el dolor de garganta. Basta con poner ajo fresco en una taza de té y hacer gárgaras. En caso de irritación de la garganta, una tisana de eucalipto es lo más adecuado.
Beber o hacer gargarismos con una tisana confeccionada con zumo de limón, miel y trozos de jengibre fresco puede ser un remedio muy eficaz. Además, existe el aceite esencial, la tisana de tomillo y algunas plantas medicinales como la malva, la grosella negra, y la manzanilla que actúan directamente sobre el dolor de garganta.
La cura del dolor de garganta es posible siguiendo alguno de los tratamientos mencionados. Aunque no debemos olvidar que en casos de dolor agudo y fiebre alta debemos acudir a un médico para que nos prescriba un remedio específico más eficaz.









