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Pelear con tus hermanos te hace mejor persona en el largo plazo, según estudio

Te enojas porque el otro está demorando demasiado en el baño, o porque tiene una porción de pizza más grande que la tuyo para la cena, o simplemente porque tiene el control remoto del televisor. No es una enemistad, es que son hermanos. Si tienes uno, así sea mayor o menor, seguramente te verás identificado.

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La rivalidad de los hermanos es algo normal en cualquier familia (siempre que no se convierta en una relación tóxica), después de todo no eligieron con quién crecer. Sin embargo, los hermanos y las peleas que vienen con ellos pueden ser muy útiles más adelante en la vida, según un estudio realizado por la Universidad de Cambridge.

Peleas con utilidad

La buena noticia es que, además de los moretones y algunos resentimientos, las rivalidades de hermanos pueden mejorar el desarrollo mental y emocional, aumentar la madurez y fomentar las habilidades sociales.

«Cuanto más combativos sean los hermanos y mientras más discutan y el mayor menosprecie al menor, van a aprender más lecciones complejas sobre la comunicación y las sutilezas del lenguaje», explicó la doctora Claire Hughes en entrevista con The Guardian, «mientras más se molesten entre ellos, más van a aprender sobre regular sus emociones y cómo pueden afectar las emociones de los otros».

¿Cómo descubrieron esto? Los investigadores estudiaron a 140 niños durante cinco años. Algunos de ellos tenían tan solo dos años cuando el estudio comenzó y los investigadores los sometieron a muchas pruebas, incluyendo observaciones de los niños mientras interactuaban con sus padres, hermanos, amigos y extraños. Por otra parte, los padres, maestros y los niños tenían que conceder entrevistas y llenar cuestionarios, y los investigadores también evaluaron la aptitud de los pequeños en el lenguaje.

Las conclusiones más sorprendentes del estudio tuvieron que ver con la influencia de los hermanos, que pueden tener un efecto positivo en el desarrollo temprano de un niño, incluso en los casos en los que la relación es conflictiva.

Imagen Shutterstock

Por supuesto, hay límites. Cuando la rivalidad de los hermanos se convierte en algo violento y constante, las consecuencias pueden ser devastadoras, pero cuando se trata de una simple relación con altibajos los dos pueden salir ganando. «La visión tradicional es que tener un hermano o hermana lleva a mucha competencia por la atención y el amor de los padres», explicó la doctora, «de hecho, el balance de nuestra evidencia sugiere que el entendimiento social de los niños puede acelerarse por su interacción con sus hermanos en muchos casos».

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Incluso cuando la rivalidad es evidente, el intercambio hacía que el hermano más pequeño estuviera más expuesto a un lenguaje más rico y podían hablar de sus emociones de una forma más compleja. Así que, la próxima vez que recuerdes las peleas con tu hermano piensa en esto: esas discusiones te convirtieron en una persona más inteligente.

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