Egipto no iba al mundial desde hacía 28 años. La selección de Mohamed Salah, actual jugador del Liverpool, estaba empatando contra Congo y de esa manera quedaba fuera del mundial. Pero un gol de Salah en el minuto 95 —y de penal— le dio la clasificación tan esperada al Mundial de Rusia 2018. Si el jugador ya era ídolo en su país, este hecho lo terminó de consagrar.
Mohamed Salah: un símbolo «tan importante como las pirámides» que marcó mucho más que al fútbol

Pero en la final de la Champions League, Sergio Ramos, jugador del Real Madrid, lo lesionó y las chances de que Egipto en Rusia parecieron desvanecerse. La rehabilitación fue intensa. Y, si bien no llegó a jugar el primer partido del Mundial contra Uruguay (en el que perdieron 1 a 0 con un gol en la hora), se espera que juegue el resto de los partidos de la fase de grupos.
Pero ¿por qué lo quieren tanto en Egipto? Porque Mohamed Salah es más que fútbol y esta es su historia.
Su pueblo (y sus ganas de salir adelante)

Mohamed Salah nació en Nagrig, Egipto, en 1992 (el día del partido contra Uruguay, el jugador cumplía 26 años).
Es un pueblo pobre. Lo era hace 26 años y lo sigue siendo ahora. «La pobreza fue un obstáculo que le pudo llegar a impedir destacarse como futbolista», explicó El Espectador, pero sus ganas y el compromiso de sus padres le permitieron salir adelante, seguir estudiando y dando lo mejor de sí para poder desarrollarse como futbolista. «Por suerte me convertí en futbolista profesional, porque si no, creo que las cosas serían difíciles para mí ahora», expresó al Liverpool, su equipo actual.

Para entrenar en el equipo de El Cairo, Mohamed viajaba 9 horas entre ida y vuelta todos los días (además de estudiar). Luego pasó al Basel de Suiza. Y pasó también por el Chelsea, la Fiorentina, para terminar en el Liverpool.
Un símbolo egipcio

Mohamed Salah se fue a vivir a Europa para jugar en diferentes clubes del primer mundo, pero nunca olvidó sus orígenes. «Es conocido por ser un filántropo y donó dinero para construir guarderías, hospitales entre otros proyectos de caridad», expresó Playing For 90.
Además, según El Espectador, gran parte de su sueldo lo dona para su pueblo (alrededor de 3500 euros por mes) y otros cercanos que necesitan de más dinero para poder brindar necesidades básicas a sus ciudadanos. Además, cuando fichó con el Liverpool, donó 240 mil euros para el fondo monetario de Egipto.
«El creador de felicidad» (tanto por su rol como futbolista y por su rol en la sociedad) es un símbolo en su país. Mohamed Salah se convirtió en el primer jugador del país en ser nombrado «Jugador del año» de la Premier League.

No solo lo llaman como el «creador de la felicidad», también como «el rey egipcio», según The Guardian. Incluso es considerado un símbolo del país: «Es realmente importante, es un símbolo como Tutankamón o como las pirámides», dijo el jefe del comité parlamentario de jóvenes en el deporte de Egipto, según el sitio.
A su vez «representa una figura a la cual todos los egipcios, independientemente de su clase o política, pueden unirse. Es una hazaña sorprendente dados los años de agitación política y económica que han seguido al levantamiento de 2011 que derrocó al presidente Hosni Mubarak». Tan importante es que, en las elecciones presidenciales de 2018, el segundo más votado fue Mohamed Salah (aunque no, no se postuló como presidente). Recibió más de 1 millón de votos, según ABC.
Pero eso no es todo: según La Vanguardia, Mohamed podría recibir un terreno en La Meca, en Arabia Saudita (y en caso de que no sea posible, construir una mezquita con su nombre). ¿Por qué? Por su activismo del Islam en el Reino Unido y por «su comportamiento, persona pública y acciones solidarias».
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