Los hábitos de sueño se han transformado a lo largo de la historia. Antes, en el Renacimiento, las personas leían (o rezaban) antes de acostarse. Y, ¡no dormían siete u ocho horas de corrido! Descansaban cuatro horas, se despertaban para leer o rezar de nuevo (o para dedicarse a otras actividades no tan intelectuales) y volvían a dormir por cuatro horas más.
Leer: el mejor atajo para SOÑAR...

Hoy en día, el ritmo de vida es diferente, y las actividades a las que nos dedicamos antes de acostarnos también. Los libros han sido reemplazados por el celular o la televisión. No obstante, la ciencia ha demostrado que deberíamos desempolvar nuestros libros...
El mejor tranquilizante es de papel
Un estudio llevado a cabo en la Universidad de Sussex comprobó que leer atenúa los niveles de estrés de un modo mucho más efectivo que caminar o escuchar música. Para que tengas una idea: disfrutar de una buena canción reduce los niveles de estrés en un 61%; caminar, en un 42% y leer, ¡en un 68%! Basta con leer durante seis minutos para disminuir el ritmo cardíaco y aliviar las tensiones corporales. Y cuanto más rápido te desetreses, ¡más rápido te visitará el sueño!
¡Más beneficios!
Pero, un descanso más relajante no es el único beneficio de leer. Esta práctica, al introducirte en otros mundos y presentarte personajes de todo tipo, también mejora tu habilidad de empatizar con otras personas. Y hay más: este hábito agudiza las habilidades cognitivas y potencia la memoria.
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Así que, ¡hagamos que este hermoso hábito renazca! Regálate ese libro que siempre quisiste leer y refúgiate en él antes de cerrar los ojos. ¡No te arrepentirás!









