"Las caries son cosas de chicos". Tal afirmación no es descabellada, pues de hecho los problemas de caries dentales se presentan con más frecuencia en la más temprana infancia, incluso en la primera década de vida.Los odontólogos atribuyen este fenómeno a varias causas: excesivo consumo de golosinas, falta de un buen cepillado y falta de una revisión periódica, que debería comenzarse a hacer a muy temprana edad, antes de que empiecen a caerse los dientes de leche.
Las caries son cosas de chicos

De este modo, podemos decir que hay tres causas principales de que los niños pequeños sufran de caries. Pero la clave nos son las causas, sino cuál es el método más efectivo para combatirles. Evidentemente, un factor fundamental es educar a nuestros hijos incorporando en ellos el hábito de cepillarse los dientes, controlando que se haga después de la ingesta de cualquier tipo de golosina. Pero además de educar, ¿qué podemos hacer?
Un muy buen método para prevenir las caries es la incorporación, desde los primeros meses de vida, de una dosis diaria de flúor. Ello permite que el flúor se vaya incorporando a la estructura del diente de leche mientras este se está formando, haciendo más tarde lo mismo con los dientes definitivos en su etapa de formación. Al incorporarse el flúor a la estructura cristalina del esmalte del diente -formando parte constitutiva de la misma-, este último se torna más resistente al ataque del ácido y los microorganismos causantes de las caries.
Una forma de ingerir flúor, sin tener que agregar una dosis extra, es ingiriendo aguas con cantidades suficientes flúor, como sucede en algunas de ellas. Por ello es muy importante que el pediatra prescriba la modalidad en la que se incorporará el flúor, teniendo en cuenta las características particulares de cada región, previniendo toda posibilidad de que suceda un exceso, ya que un exceso de flúor puede resultar tóxico y llegar a producir manchas en los dientes.
Lo que recomiendan los especialistas en caso de tener que ingerir flúor es hacerlo en forma de gotas o pastillas, hasta la edad de doce años. Después de esa edad, los dientes definitivos ya han salido y la modalidad a incorporar ha de ser otra. Una buena alternativa es la topicalización con flúor o el barniz con flúor, que realizan los odontólogos en su consultorio. Los efectos de la topicalizacíon duran aproximadamente seis meses mientras que los del barniz, alrededor de un año. Pero, lógicamente, el segundo es más costoso.
Via | buenasalud








