Lifestyle

La vida es demasiado corta para no AMAR tu cuerpo

Imagen iStock

Dos o tres veces por semana suelo ir a una clase de gimnasia en la cual somos todas mujeres. Se trata de sesiones de ejercicios de alta intensidad de 45 minutos, un tipo de deporte que no demoró en ponerse de moda gracias a la ''cantidad de beneficios'' que tiene.

PUBLICIDAD

De todas maneras, el punto aquí no es hablar sobre lo mucho que disfruto esta clase, sino que me gustaría resaltar otro aspecto del grupo de mujeres que la conformamos...

Preocupaciones prematuras

Imagen iStock

El hecho de que fuéramos todas mujeres no me sorprendió, pero lo que más llamó mi atención fue el promedio de edad: con mis 23 años era de las mayores del grupo y las menores rondaban los 12 años. ¿12 AÑOS? Me costó creer cuando dijeron que tenían esa edad. No solo porque parecían mayores, sino porque mi recuerdo de cuando tenía 12 años se alejaban bastante de estar horas en un gimnasio.

Descartaría la posibilidad de que estas niñas estuvieran allí porque estaban preocupadas por la salud de su corazón: todo se resume a que quieren verse bien. Ahora, ¿qué es verse bien? Lamentablemente, parece ser que vernos y sentirnos satisfechas con nuestro cuerpo consiste en cumplir con todos los estereotipos que la industria nos dicta que ''son los más hermosos''.

Por favor: disfruten su edad

Imagen iStock

No soy quién para decirles a estas chicas que a su edad tendrían que preocuparse por otros aspectos como divertirse y disfrutar de esa etapa tan linda de la preadolescencia en lugar de estar pendientes de su figura. La obsesión por la apariencia física está presente en niñas cada vez más jóvenes y, sin lugar a dudas, no les permite disfrutar su edad como deberían. 

Estas niñas afirmaban que se sometían a sacrificadas dietas. ¡Me alegra saber que a su edad yo desconocía la diferencia entre grasas y carbohidratos! Tampoco recuerdo en absoluto angustiarme por cómo me veía a esa edad, y agradezco haber aprovechado esos años al máximo.

PUBLICIDAD

Es cierto, inevitablemente esas comparaciones y disconformidades físicas aparecen (en la gran mayoría de mujeres) y es nuestro trabajo hacer que no influyan ni en las niñas de 12 años ni en ninguna otra mujer.

¡Basta de autoboicotearnos!

Imagen iStock

¿Cuántas de nosotras nos hemos privado de usar esa blusa que tanto nos gustaba porque ''no nos favorecía''? Pero la realidad es que la vida es mucho más que eso. Resulta ridículo enfocarse en aspectos tan intrascendentes cuando en el mundo están ocurriendo hechos tan terroríficos que reflejan la intolerancia que persiste en nuestras sociedades.

La vida es demasiado corta y carece de sentido quitarle toda la felicidad y alegría que nos puede traer por motivos tan superficiales. Es comprensible que una quiera sentirse confiada en su cuerpo, pero ¿cuál es la necesidad de ajustarse a lo que las industrias nos hacen creer que es ''estéticamente hermoso''?

Además, la seguridad proviene del interior, de tu forma de ser; es eso en lo que tienes que trabajar.

Demos la lección

Imagen iStock

Es nuestro trabajo educar a las futuras generaciones para que no sufran por su cuerpo, aprendan a amarlo tal cual es, no corran el riesgo de contraer trastornos alimenticios y para que sepan distinguir cuáles deben ser sus prioridades en la vida.

Porque llegará el día en que mirarán hacia atrás y su niñez habrá girado en torno a la presión por verse bien. Empecemos por nosotras y reconozcamos que todas las mujeres merecen vivir una vida feliz y libres de estereotipos y prejuicios. ¡De eso se trata!

> 10 razones para amar tu cuerpo como es