Esto es lo que los hombres realmente esperamos de una mujer en una relación

La concepción física, emocional y espiritual de una mujer difiere en muchos aspectos de la del hombre, y por este motivo es que puede resultar tan difícil un entendimiento pleno. Es complicado ponerse en el lugar del otro, y como pareja, en ocasiones, parece casi imposible descifrar las necesidades o deseos de quien nos acompaña.

Ahora bien, aunque sería erróneo generalizar —ya que cada hombre tiene sus peculiaridades y preferencias—, me arriesgaré a dar algunos datos que, probablemente, darán cierta luz al momento de conocer a los de nuestro género; mucho más cuando los estereotipos y percepciones sobre la masculinidad han distorsionado la imagen del hombre por años.

Sin más, conozcamos aquellas cosas que un hombre (como yo) espera de su pareja en cualquier relación...

Que hable

Es cierto que nos encanta el silencio y la concentración; una partida de cualquier videojuego requiere TODA nuestra atención, y cualquier mínima distracción puede desencadenar una tragedia virtual imposible de reparar... Lo que quiero decir es que, en ocasiones, parecerá que no estamos presentes, pero no es así. 

Amamos escucharlas; quizá no entendamos mucho lo que nos cuentan, pero todo lo que tienen que decir nos interesa. 

Que sea atenta

El «romanticismo» no es un camino de una sola vía; nos gusta el detalle, aunque de otras formas. ¿De qué maneras? Eso dependerá de cada hombre pero, personalmente, una palabra de reconocimiento es suficiente. El sentirnos preferidos no es solo algo para alimentar nuestra autoestima, nos gusta mucho el cariño y el contacto físico, más allá de lo sexual. 

Que aprenda a conocernos

Así como no entendemos sus motivaciones al momento de dedicar varias horas de sus vidas a buscar ropa, es comprensible que una mujer no entienda nuestras pasiones y emociones. Por eso quiero advertir que es imporantísimo excavar profundo en esta área; un hombre no se deja conocer de forma sencilla, necesita tiempo y confianza para mostrar sus sentimientos. 

Nos emocionamos con un animé, nos enojamos por los sucesos de un cómic, nos frustramos por un partido de fútbol... Y aunque no es necesario que compartas nuestras pasiones (para eso están los amigos), es imprescindible que des importancia a lo que sucede en nosotros y lo respetes. 

Que sea consciente de “nuestros” espacios

Nuevamente, no es algo exclusivo para el hombre, todos necesitamos nuestro propio lugar y espacio. Además, es una medida estratégica para no aburrirse del otro...

Que sea íntima

El sexo es algo importante para cualquier hombre, sin excepción. De ser por nosotros, bueno, puedes imaginarlo... pero esto no significa que querramos solo un cuerpo, y aunque existen hombres así, tarde o temprano, concordarán conmigo, lo que deseamos es una conexión. 

Este tipo de comunicación se genera fuera de la cama, se establece a través de la intimidad, el relacionamiento y la confianza. De esta forma, podremos dar y recibir todo lo que estamos esperando. 

Que ame la comida

No me preguntes por qué, pero los hombres tenemos debilidad por la comida; y con esto no quiero decir que estamos en busca de una pareja que nos cocine, es más, amo cocinar y no necesito una chef en mi vida (tampoco me desagrada la idea). Lo que sí necesito es alguien que entienda y comparta esta pasión. 

Un postre sorpresa o una cena casera pueden significar mucho más de lo que te imaginas. Además, al contrario de lo que muchas piensan, no todos los hombres buscamos parejas escuálidas; los kilitos de más no nos importan, en serio. Mientras te mantengas saludable, ¡disfruta de la comida!

Que sea independiente

El punto fundamental en la lista.

El paradigma antiguo de "la mujer de su casa" no es atractivo; no queremos a nuestra "media naranja", deseamos que seas una naranja completa. Buscamos a alguien con sueños y metas, con proyectos y desafíos; y queremos ser parte de ellos, impulsarte a que conquistes tu propio camino. Tu esencia es mucho más importante que tu apariencia, no lo olvides. 

Será mejor que las conozcas: Cómo arruinar una cita (o una relación) con tan solo cuatro palabras