El verano se acerca y con él llegan los infames mosquitos. O mueres de calor encerrado en tu cuarto o abres la ventana para refrescarte, pero corriendo el riesgo de ser devorado por ellos.
Esto es lo que le pasa a tu cuerpo cuando te rascas un piquete de mosquito

Aunque, ¿a quién engañamos? Por mucho que nos cuidemos esas criaturas siempre encuentran la manera de picarnos. Existen varios remedios para reducir los piquetes y aliviar la comezón, pero ¿es cierto que no debemos rascarnos los piquetes de mosquito, en primer lugar?

Rascarse con furia es una sensación de lo más placentera, pero sólo es temporal. Ademas de que sí, rascarse los piquetes es malo.
Cuando un mosquito se alimenta de tu sangre, un poco de su saliva entra en tu organismo. Al ser una sustancia extraña, tu cuerpo libera histamina para combatirla (como cuando tienes una infección y te da fiebre como respuesta inmune (incluso la roncha se siente más caliente que el resto de tu cuerpo).
Esta reacción es la que provoca la molesta comezón. Pero si te rascas, lo que haces es extender la saliva del mosco en una mayor superficie de tu piel lo que, en consecuencia, te dará más comezón.

Es como un círculo de sufrimiento sin fin que en definitiva nadie merece. Además, las picaduras pueden dejar marcas si las manipulas demasiado. Hasta pueden convertirse en heridas abiertas.
Así que, por tu bien, deja a tus ronchas tranquilas.
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