Estas son las cosas más inusuales que las mamás guardan de sus bebés

Para quien así lo decide, tener un hijo es una de las cosas más importantes en la vida. La llegada de un bebé es muy especial y poco a poco se acumulan los buenos momentos. Cada día es una oportunidad de que algo memorable suceda, como su primera palabra o sus primeros pasos.

Sin embargo, los padres muchas veces no se conforman con atesorar los mejores recuerdos, también quieren tener evidencias de ellos. ¿Cómo lo hacen? Guardando cosas que para algunas personas podrían resultar muy extrañas, pero para otras son muy tiernas. De acuerdo con nuestros lectores, estas son las cosas más inusuales que las mamás -y los papás- guardan de sus hijos.

#1

«Un día encontré una pequeña caja dorada en el closet de mi mamá. La abrí para ver qué tenía y cuál fue mi sorpresa al descubrir que era mi cordón umbilical. ¡Parecía un tamarindo seco!» (Sandra, 27 años)

#2

«Mi mamá no se conformó con guardar mi primer diente, ¡guardó todos! Además los tiene almacenados en una cofrecito de madera, como si fueran un tesoro. Se ve muy raro.» (Ramiro, 24 años)

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#3

«Mis papás guardaron un mechón de mi cabello, después de mi primer visita a la estética. Lo tienen en una bolsa especial, arriba del librero». (Diana, 29 años)

#4

«Bueno, pues mi tía no sólo guardó el primer diente que se le cayó a mi primo, también se le ocurrió que lo bañaran en oro para ponerlo en un collar. No sé cómo pudo gastar dinero en eso». (Benjamín, 31 años)

#5

«Además de una chambrita y un par de zapatos, a mis mamá se le ocurrió guardar mis uñas. ¡En serio! Guardó mis uñitas la primera vez que me las cortó. Si quisiera, podría usarlas para incriminarme en un delito». (Mónica, 33 años)

#6

«En mi casa hay una ‘caja especial’ en donde mis padres guardan un montón de cosas de cuando mis hermanos y yo éramos bebés. Hay cualquier cosa que se les ocurra: las pruebas de embarazo positivas, los primeros pañales de tela (por fortuna están limpios), el primer chupón, la cuchara de la primera papilla, y otros cachivaches». (Karla, 29 años)

#7

«Mi mamá guardó las fotos más humillantes de mi vida, ¿eso cuenta? Ya saben, donde salgo ‘encueradito’, llorando, haciendo pucheros, etc.». (Federico, 30 años)