Estoy segura de que por lo menos una vez en tu vida laboral has visto llorar a alguien de tus compañeros en la oficina, ¿te acuerdas cómo te sentiste en ese momento? Lo más probable es que desconcertado y hasta algo incómodo, pero ¿por qué? Esa es LA pregunta.
Estas son 5 razones por las que está bien llorar en el trabajo (de vez en cuando)
La realidad es que la tristeza es un sentimiento completamente normal que puede ser ocasionado por problemas personales o laborales, y que las personas deben sacar de alguna manera. La más común es llorando. Sin importar cuándo sea o dónde estén.
Es cierto que en la mayoría de los empleos quieren que su personal esté feliz en la oficina todo el tiempo, pero eso no es del todo realista. También se vale que estén tristes. Y como hay que deshacerse de esa idea errónea, aquí 5 razones por las que está bien que llores en el trabajo.
#1 Eres un ser humano
Aunque eres un empleado, sigues siendo un ser humano. El llanto es una función biológica (tanto como ir al baño) que puedes sentir en cualquier momento. Te darán ganas de llorar porque tu jefe te gritó, se descompuso tu laptop o te peleaste con tu pareja, y es válido que te desahogues.
#2 Casi vives en la oficina
Si pasas 10 horas en la oficina, prácticamente es como tu hogar: desayunas, comes, cenas ahí, entre otras cosas más. Entonces, ¿Por qué no llorar ahí? Además, la línea entre lo laboral y la vida personal es muy delgada. Si llevas trabajo a casa todo el tiempo, lo más probable es que también lleves tus problemas a la oficina y tus emociones afloren.
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#3 Llorar no te hace débil
Pese a los grandes avances de nuestra sociedad, hay mucha gente que sigue promoviendo la idea errónea de que llorar es sinónimo de ser débiles. Tanto hombres como mujeres tenemos sentimientos y eso no nos hace menos exitosos. Si los políticos lloran en sus discursos y los aman más, tú puedes hacerlo en la oficina.
#4 Alivias el estrés
¿Tuviste un conflicto con un compañero? La ciencia ha comprobado que guardarte tus emociones es malo para tu salud. Por lo que es mejor que te tomes un momento y llores -si quieres- para sacar el coraje. Después de eso seguro te sentirás mucho mejor y el estrés (junto con los demás sentimientos negativos) habrá desaparecido.
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#5 Demostrarás interés en tu trabajo
Las empresas buscan empleados apasionados por su trabajo, y “alguien que no está comprometido nunca llorará en la oficina. Pero una persona que sí lo está entrará en la zona roja en algún momento”, indica Liane Davey, psicóloga organizacional. Así, las lágrimas ocasionales pueden ser un indicador de que amas lo que haces.
Claro, debes tener presente que no te la puedes pasar todo el tiempo llorando en el trabajo. Si sientes ganas de desahogarte, tomate algunos minutos para hacerlo y después busca una manera que te funcione para tranquilizarte. Pero, no te reprimas.