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¿Eres un artista que vive de su pasión? Seguro entiendes estas 5 situaciones a la perfección

Gracias a Internet, hoy día muchos artistas pueden exponer sus obras de arte a un público democrático o publicar sus libros para una legión de lectores nueva. Sin embargo, no siempre fue así, ni tampoco estas < > de ser artistas escapan a una actualidad en la que, no obstante, poder seguir ejerciendo nuestra pasión supone el mejor de los privilegios. 

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1. No tenemos ingresos fijos

Los artistas somos personas expuestas a unos ingresos que nunca son fijos dada nuestra condición de freelance o actividad mundana. Esto se traduce en un estilo de vida más liberador al poder ser nosotros mismos quienes gestionamos el tiempo y la disponibilidad, si bien la falta de un sueldo fijo al no trabajar para una empresa determinada puede suponer un contratiempo constante. 

2. Nos promocionamos solos

Al no ser que contemos con una gran editorial o esponsor detrás, los artistas debemos trabajar la promoción de nuestro producto de forma autónoma, es decir, creando un blog, contactando con interesados, imprimiendo carteles o gestionando redes sociales. Una labor tan estimulante como en ocasiones impotente, ya que no siempre todas las horas invertidas dan los frutos que merecemos. 

Imagen Thinkstock

3. Las redes sociales son nuestro aliado 

En un mundo en el que las modas se superponen unas a otras en cuestión de días, estar al tanto de los nuevos campos de adaptación para nuestro negocio o actividad es vital. A su vez, Internet nos permite tener muchas más opciones (webs para autopublicar libros, redes sociales en las que mostrar diseños, crowdfunding y otros nuevos términos útiles), pero esto también requiere estar constantemente alerta de lo que sucede y de las vías de difusión sabiendo que nadie nos lo vendrá a decir. 

4. Tenemos oportunidades limitadas

Hace unos años, las oportunidades para destacar como artista eran más escasas, especialmente si no vivíamos en grandes ciudades, donde el arte es más apreciado. Hoy día gracias a Internet tenemos, en teoría, muchas más salidas, pero eso es algo de lo que se ha percatado más de un artista, y como tal, destacar entre todas las personas que se han lanzado a la piscina resulta también un paradójico problema. 

Imagen iStock

5. Desconectar nos resulta difícil

Seguro que te has planteado en alguna ocasión desconectar de tu pasión y centrarte en actividades más < > por así decirlo, pero como última paradoja de las muchas que engloban la trayectoria del artista, una de ellas reside en el hecho de vernos atrapados en nuestro trabajo constantemente. Noches con el ordenador en las que dormir puede resultar una pesadilla, una constante dependencia de la tecnología a fin de explorar y difundir o esa incesante necesidad por superarnos durante cada minuto del día. 

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Estas < > de ser artista  surgen más como un canto a la complicidad que a la desesperanza para todos aquellos que han decidido lanzarse a la aventura de pintar, escribir o cantar por cuenta propia.

¡No desesperes!, crear en sí es ya un regalo, y si encima puedes triunfar con ello, la dicha será doblemente efectiva. No desestimes un buen plan de marketing, invierte las horas necesarias y, ante todo, cree en lo que estás haciendo. Con tales aliadas nada tendría por qué ir mal.