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Ella captó su atención al decirle «señor viejo», pero le cambió la vida por hacer algo más, ¿tú lo harías?

Los niños siempre dicen la verdad o al menos es lo que muchos de nosotros creemos. Su inocencia y honestidad está despojada de los vicios que rondan en el mundo de los adultos, es por eso que ellos son tan puros, tan incondicionales e intensos.

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Que la historia de Norah no sea una excepción

Norah, como toda niña de 4 años, es curiosa, intrépida, ama las aventuras y es muy extrovertida. Eso se notó en su última visita a la tienda, el día de su cumpleaños. La pequeña le dijo a un anciano que estaba junto a ella: 

«Hola, señor viejo, hoy es mi cumpleaños.»

Para su sorpresa, el señor, que parecía muy triste y malhumorado, se enterneció cuando notó que Norah se dirigía a él.

«Hola, señora pequeña, ¿cuántos años tienes hoy?»

Según lo que cuenta la mamá de Norah en su  cuenta de Facebook, Norah y el señor tuvieron una agradable conversación. Luego cada cual siguió su camino, sin embargo la niña lo buscó y le pidió tomarse una fotografía juntos.

Tara, la madre de Norah, escribió: «Posaron juntos como si fueran amigos de hace muchos años. Luego le dimos las gracias al señor Dan por pasar algunos minutos de su día con nosotras. Él se quebró y nos dijo: “No, gracias a ustedes. Este ha sido el mejor día que he tenido en mucho tiempo. Me ha hecho muy feliz, señorita Norah”. A veces, hablar con un extraño se convierte en lo más hermoso del mundo», concluyó.

El efecto de dar amor

Cuando volvieron a su casa, Tara posteó la foto de su hija con la crónica de su encuentro con el señor Dan, y para su sorpresa, alguien que lo conocía le contó parte de su historia de vida. Hacía algunos meses que Dan había perdido a su esposa y se sentía muy solo, pero la aparición de Norah había cambiado su día.

Luego de su encuentro en la tienda, Norah y Dan continúan viéndose, de hecho, festejaron el cumpleaños 82 de Dan con coloridos globos y cupcakes gigantes. Cuando llegó el momento de apagar las velas, Dan dijo: «Norah, tu has hecho mi deseo realidad.»

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Para este anciano solitario, su vida ha cambiado y le han dado un motivo por el que  levantarse todos los días.

Tara, hizo una reflexión para el  Huffington Post:

«Me encantaría que todos nos tomemos un minuto para preguntarle a las personas mayores a nuestro alrededor cómo se sienten y realmente escucharlas. Invítalos a cenar, llévale flores, o simplemente sorprendelos con tu presencia. Necesitan más alegría y tú puedes dársela, recuerda que no estarán para siempre.»

Un pequeño acto de amabilidad puede cambiar la vida de alguien que lo necesita. Brindar apoyo, regalar una sonrisa, o simplemente prestar el oído es gratis, solo debes querer hacerlo, ¿qué elegirás?