Los traseros vienen en todas formas y tamaños, a algunas personas les toca grande, a otras bien formado y firme, mientras que otras lo tienen pequeño y discreto. En cualquier caso, este es el tipo de artículo que te puede “salvar las nalgas”, literalmente.
El trasero de oficinista es un mal real y así es como puedes combatirlo

Desde hace algún tiempo, los especialistas vienen advirtiendo de los peligros que enfrentan las sentaderas de aquellas personas que permanecen en su silla largas jornadas de trabajo durante años. Personalidades del campo médico han respondido a la pregunta que atañe al reverso de nuestro cuerpo: ¿el trasero de oficinista existe o es solo un mito?
Es un hecho científicamente probado que aquellos que permanecen sentados en un escritorio todo el día sufren los estragos de lo inevitable, sus traseros pierden masa y tono gradualmente. ¿Cómo ocurre semejante tragedia? La falta de ejercitación conlleva a la flacidez. Esto no es más que una pérdida considerable del tono muscular en un grupo de músculos que no se usa lo suficiente.
Pero ese no es el único factor. El tejido adiposo, o graso, también está involucrado en esto. Especialmente en las mujeres, la gasa también se almacena en el área de los glúteos y ayuda a dar volumen al trasero. El inconveniente de este tipo de tejido es que puede cambiar su forma a causa de una presión sostenida. Para decirlo de una manera simple, los glóbulos adiposos se escachan cuando son presionados y tardan días en retomar su forma redonda, algo que difícilmente ocurra en las nalgas de alguien que vuelve a sentarse al día siguiente, año tras año.
Y lo peor es que el gimnasio no resuelve el problema del todo. Según la terapista física Abby Bale, a las personas que hacen trabajo de oficina les cuesta mucho más poner su trasero en forma. “Se vuelve muy difícil ejercitar activamente sus glúteos, para fortalecer y para darles forma,” comentó Bale para el New York Post.
Por supuesto que el mejor antídoto para esta debacle es el ejercicio. Es verdad que para muchos ir a un gimnasio es complicado y tampoco quieres hacer una escena en tu trabajo. Hay mucho que puedes hacer sin tener que ponerte una licra en medio de la oficina. A continuación te doy 5 tips sencillos para resucitar esas nalgas y darles el tono que se merecen por el bien de la humanidad.
1. Camina por la oficina

Una simple caminata puede hacer una gran diferencia aunque no lo parezca. No solo activarás los glúteos, también el flujo de sangre hacia esa zona.
2. Toma las escaleras
Si tu oficina queda en un edificio, este tip es perfecto para tí. Sube y baja al menos una decena de pisos un par de veces al día (a media mañana y a media tarde). También es un cardio excelente.
3. Aprieta las nalgas

Puedes ejercitar sin moverte de tu asiento. Solo contrae fuerte los glúteos cada una hora. Puedes hacer tandas de 20 contracciones o puedes sostener la contracción por 10 segundos y repetirla 5 veces.
4. Siéntate correctamente
Asegurate de que te sientas en la postura correcta. Cuando nos sentamos derechos, la mayor parte del peso descansa sobre los huesos ischios (localizados en el pliegue entre las nalgas y los muslos) y no sobre los glúteos.
5. Usa una bicicleta

Si la distancia entre tu casa y tu oficina lo permite, podrías sustituir tu medio de transporte por una bici, así tendrías puro ejercicio dos veces al día. De todas formas, manejar siempre es un riesgo, cuesta dinero, y para colmo, se hace sentado.
Ya sabes cómo erradicar o prevenir las nalgas de oficinista. ¡Buena suerte!

