Uno de los más comunes mitos en torno a la práctica de la musculación es el de que los músculos ganados se convierten en tejido adiposo si se abandonan los ejercicios. En lo personal he ido a más de un gimnasio, y muchas veces he escuchado esto entre mis compañeros. Eso sí, jamás de la boca de profesores (por algo será).
¿El músculo se vuelve grasa cuando no se lo ejercita?

Nunca le presté atención a estos rumores que circulan los ámbitos de este deporte, pues siempre me han resultados faltos de base, y por lo tanto desechables. Siempre he tratado de ceñirme a las recomendaciones y consejos de mis profesores, y jamás tuve ningún problema con mi cuerpo a causa de la musculación.
Incluso resulta bastante irrisorio tomarse esto en serio, pues cualquier persona con alta masa muscular engordaría de inmediato que deja de ejercitarse, cosa que como todos sabemos, no ocurre así. Pero pasemos al mito en sí mismo.
El músculo sarcométrico es aquel que se ha formado con fuerza, con repeticiones bajas y pesadas cargas. Otra clase de músculo es el músculo sarcoplasmático, el cual se ha formado entrenando con cargas medias y series altas. Estos músculos se comportan de diferente forma cuando se abandonan las pesas.
El primero de éstos, el sarcoplasmático, se comienza a perder pasadas dos semanas, mientras que el segundo, el sarcométrico se va deshinchando pasado un mes y medio. Pero al deshincharse el músculo, éste no se vuelve grasa, esto no tiene sentido alguno.
Lo que ocurre es que mientras nos ejercitamos nuestro cuerpo nos demanda una considerable cantidad de comida, y al abandonar las pesas necesitamos ingerir la misma cantidad de comida que antes, lo cual puede hacernos subir de peso.
Nuestro músculo no se convierte en grasa, lo que ocurre es que nuestro cuerpo está acostumbrado a comer las mismas cantidades de alimento que demanda cuando estamos ejercitándonos. Con una buena dieta que prevea este inconveniente se solucionarán los problemas relativos al control de peso post-ejercicio.
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