Continuando con la serie de plantas felinas que inició Lucía hablando de la Uña de Gato (mal chiste), proseguiré yo hablando hoy del Diente de León. Pocas plantas gozan de la popularidad y abundancia que el Diente de León, planta que se extiende a lo largo de toda Europa y que es conocida prácticamente en el mundo entero.
El Diente de León y el proceso digestivo

Esta planta puede ingerirse en preparados de infusión como el té, o incluso ingerirse directamente en ensaladas, sin siquiera alterar en lo absoluto el gusto de la comida.
La propiedad más importante que reviste el Diente de León está vinculada al proceso digestivo, teniendo un accionar muy efectivo en relación a la secreción de jugos gástricos. La acción del Diente de León estimula la secreción de estos jugos, estimulando a los órganos que participan en la digestión para que hagan la digestión un proceso más ligero y liviano.
Es ideal recurrir a él en casos de gastritis o acidez moderada, incluso cuando se posee un trastorno de hígado o estreñimiento.
Pero éstas no son las únicas propiedades del Diente de León, pues a nivel dermatológico también actúa de forma muy efectiva en la remoción de verrugas. Las raíces de esta planta, el tallo y las hojas hacen que esta planta secrete un líquido blancuzco que hace que la verruga se disuelva progresivamente hasta su completa desaparición.
Sin duda que esta es una planta que no puede faltar en el ABC del asiduo a las plantas medicinales, pues su uso está extendido a lo largo de todo el mundo y es una planta sumamente efectiva.
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