Deberías tratarte a ti mismo como tratas a un cachorrito, según expertos. ¿Por qué?

Somos, o al menos intentamos, ser amigables, decimos «buen día» y «gracias», pero muchas veces nos olvidamos de ser igual de buenos con la persona más importante de nuestras vidas: nosotros mismos. Nunca le dirías a un amigo que no puede o que no sirve para ciertas cosas, pero sí te lo dices a ti mismo. No le negarías cariño a un cachorro y deberías hacer lo mismo con tu reflejo.

La forma en la que nos hablamos a nosotros mismos importa porque, muchas veces, nosotros mismos nos ponemos obstáculos y perdemos oportunidades porque ese crítico interno nos dice que no podemos. Sin embargo, es posible cambiar esa mentalidad con un poco de trabajo y práctica.

Según un estudio realizado por la Universidad de Lethbridge, para lograr un diálogo interno más positivo hacen falta seguir tres pasos: primero debes ser consciente de que eres demasiado crítico contigo mismo, después debes desarrollar estrategias para transformar esas críticas en algo positivo y, por último, debes convertirlas en un hábito cotidiano.

La parte más difícil es vencer la costumbre de criticarte y reemplazarla por algo más constructivo, pero, por eso, en Vice entrevistaron a varios expertos para saber cómo puedes hacerlo:

Replantea tus pensamientos

Ver las cosas desde otra perspectiva puede ayudarte a ser más positivo contigo. Según Rosie Molinary, autora del libro de autoayuda Beautiful You: A Daily Guide to Radical Self-Acceptance, lo primero es replantear tus pensamientos. Por ejemplo, en vez de decir «no puedo» antes de dar una presentación, una forma de replantear esa crítica puede ser: «estoy nervioso porque esto es importante para mí, pero trabajé mucho para prepararme».

Si interrumpes los pensamientos negativos con una perspectiva diferente puedes parar ese comportamiento y reafirmar tu compromiso por tratarte con más cariño.

No seas perfeccionista

Si buscas la perfección en todo lo que haces, entonces nunca vas a estar feliz. Según la psicoterapeuta Jennifer Shannon la clave no es darle en el blanco, sino tocar el objetivo. Eso no significa que debas abandonar tus ambiciones, solo moderar tus expectativas.

También puedes practicar meditación para estar más tranquilo y anotar las cosas por las que te sientes agradecido y de las que te sientes orgulloso. Pero, lo primero, ten paciencia, puede ser un camino largo, pero vale la pena.

Sigue leyendo:

• Este hombre quiere lo mismo que tú, ¿eres capaz de escucharlo hasta el final?
• Japón se fue del Mundial, pero dejó la lección más valiosa de todas (y no es la primera vez)