¡Cuidado! Estas son las 5 señales de que salir de fiesta se ha convertido en un problema para tu salud

¿Será que te estás pasando de la raya?

Bailar y salir de fiesta suele asociarse a la diversión y todo tipo de connotaciones positivas. Pero, lo cierto es que si abusamos de esta práctica podemos terminar por atentar contra nuestro bienestar.

Estos son los indicadores de que rompiste tu equilibrio...

#1 Te cuesta dormir

Uno de los síntomas que cada vez más mujeres padecen tiene que ver con la dificultad para conciliar el sueño. Y esta imposibilidad, a su vez, produce severos problemas de salud como el estrés, la ansiedad e inclusive los ataques de pánico. 

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#2 Cambia tu estado de ánimo

Otra de las consecuencias de la falta de sueño por salir de fiesta es el cambio de estado de ánimo. Si no duermes lo suficiente, puedes sentirte irritable y enojarte con todo aquel que tenga la audacia de acercase a ti. Esto a su vez te traerá conflictos con tus compañeros de trabajo, de estudio y familiares. 

#3 Aumenta tu consumo de alcohol (y de tabaco)

Todos sabemos que salir de fiesta es sinónimo de beber más y de fumar, y el abuso de estas sustancias trae serios problemas a largo plazo que pueden desembocar en enfermedades tales como la cirrosis, problemas en el páncreas, cáncer de esófago, de hígado y de pulmón.

#4 Te bajan las defensas

Como el ritmo de vida que llevas al salir de fiesta no es el adecuado, tus defensas bajan y, como consecuencia, es probable que sufras de trastornos de salud mucho más a menudo que si llevaras una vida más ordenada sin realizar tantas salidas nocturnas. 

#5 Puedes perder el conocimiento

Si sueles tomar mucho cuando sales de fiesta, más de una vez te habrá pasado que no recuerdas nada de lo que pasó durante esa noche. Esto sucede cuando se consume mucha cantidad de alcohol; esto trae consecuencias en el físico que podrían convertirse en mortales.  

Si te sucede esto muy a menudo, ten en cuenta entonces que deberías pensar en tomarte un descanso de este tipo de salidas y tratar de vivir lo más sanamente posible. 

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No está mal salir de vez en cuando, porque todos nos merecemos una noche de juerga. Lo que resulta dañino es cuando esto se repite con regularidad y daña nuestra salud con consecuencias que a veces son irreparables.