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Cómo controlar el enojo

El enojo es un estado de ánimo válido como cualquier otro. Sin embargo, si nos sentimos permanentemente enojados, probablemente debamos empezar a pensar en cómo controlar el enojo. Estar enojados no solo puede hacerle daño a los que nos rodean, sino también a nosotros mismos.

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El enojo

El enojo es un estado emocional que varía en intensidad y, como el resto de las emociones, produce cambios fisiológicos y biológicos: aumenta la presión arterial y las hormonas de la energía - adrenalina y noradrenalina-.

El enojo puede ser provocado por acontecimientos externos e internos, y la forma natural de expresar la ira es mediante la agresividad.

Si bien la ira es una respuesta adaptativa a los peligros, lo que la hace necesaria para nuestra supervivencia, no es viable el atacar ante cada hecho o persona que nos irrita.

Controlar la ira

Los tres enfoques para controlar nuestros enojos son expresar, reprimir y calmar.

Expresar los sentimientos de ira de forma asertiva y no violenta es la mejor forma de controlar el enojo y dejar claros nuestros sentimientos sin herir a nadie.

Si decidimos reprimirla, la ira se convierte o se redirige. En el momento del enojo decidimos pensar en cosas positivas, pero si reprimimos la ira corremos el riesgo de terminar enojados con nosotros mismos, y no convertirla en algo constructivo. La presión arterial elevada, la depresión, los comportamientos pasivo-agresivo, el cinismo y la hostilidad surgen de la mala represión del enojo.

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calmar nuestro enojo
controlar

Aunque se ha extendido la teoría de que la ira debe ser manifestada, no se puede ir por la vida lastimando a la gente. Es más, estudios demuestran que las personas que manifiestan continuamente su enojo no sólo no lo superan, sino que suelen estar más enojados e irritados.

En cambio, la relajación puede ser una buena forma de controlar nuestro enojo. Realizar respiraciones abdominales, repetir palabras o frases que nos den calma, visualizar situaciones relajantes, realizar ejercicios lentos -como el yoga- nos harán sentir más tranquilos y podremos manejar mejor las situaciones.

Reestructuración Cognitiva

En un siguiente paso podemos llevar a cabo la llamada reestructuración cognitiva, que significa cambiar la forma en que pensamos. Cuando estamos enojados, nuestros pensamientos tienden a ser exagerados y dramáticos, por lo que debemos cambiarlos por pensamientos racionales:

  • Debemos evitar las palabras “siempre” y “nunca”, ya que suelen darnos a entender que nuestro enojo tiene motivos.
  • No tenemos que exigirles cosas a los demás: todos queremos que las cosas sean perfectas, sin embargo, no lo son, y cuando nos desilusionamos tendemos a volvernos iracundos. Podemos convertir esas exigencias en deseos y veremos cómo nosotros mismos y los demás nos sentimos mejor.
  • Si nuestro enojo surge durante una discusión, debemos intentar que esta baje su nivel y pensar un poco más lo que se está diciendo. La buena comunicación consigue que las cosas se resuelvan de una mejor manera. Además, debemos tener en cuenta que en algunos casos pelear se convierte en un hábito -por ejemplo, en las parejas-, y no se hace precisamente porque sea necesario.
  • El humor puede ayudar a calmar nuestra ira: nos ayuda a tener una perspectiva más equilibrada, por lo que si deseas dejar tu enojo de lado busca reirte de algo,  como una película de comedia o algo similar.
  • A veces es el ambiente, las responsabilidades y el estrés lo que nos hace sentirnos irritados, de forma que debemos tomarnos un poco más de tiempo para nosotros y nuestro relax.
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¿Por qué algunas personas se enojan más que otras?

Generalmente, las personas que se enojan con facilidad tienen una baja tolerancia a la frustración, por lo que suelen enojarse ante situaciones que ellos consideran injustas. Las causas de esta particularidad pueden ser genéticas, fisiológicas o socioculturales.

Debemos tener claro que enojándonos no podemos solucionar los problemas a nuestro alrededor, alejamos a gente que podría sernos de gran ayuda y nos terminamos hiriendo a nosotros mismos. Por eso es tan importante saber cómo controlar el enojo.