Aprendiendo a respirar para relajarse
Los ejercicios de relajación no siempre involucran contacto con entendidos, ir a clases o un presupuesto alto. La mayoría de las formas de relajarte están al alcance de tu mano, y sólo debes disponer de unos veinte o treinta minutos diarios para ello.
Las técnicas de respiración son una forma de relajación muy popular, y junto a la meditación y al yoga permiten conformar un todo que, practicado con regularidad, permite no sólo la relajación del individuo, sino que también una paz acentuada, una tranquilidad y paciencia desarrolladas y la eliminación de estados de ánimo negativos como el estrés y la ansiedad.
Pero en referencia a la respiración, es importante tener en cuenta que existen tres tipos básicos de respiración: la respiración abdominal, la torácica y la clavicular. En las siguientes líneas te explicaré cómo practicar cada una de ellas.
Respiración abdominal. Simplemente coloca las manos sobre tu barriga y concéntrate en respirar lentamente y despacio. Infla la barriga naturalmente cuando inhalas, y al exhalar siente cómo tu zona abdominal se desinfla, recibiendo y expulsando el flujo de aire.
Respiración torácica. En este tipo de respiración debes hacer lo mismo que en la abdominal, sólo que sintiendo cómo se ensancha y reduce la zona de los pulmones, habiendo colocado las manos allí, por supuesto.
Respiración clavicular. Finalmente, este tipo de respiración debes colocar las manos sobre tus clavículas (los huesitos superiores a los pectorales y que finalizan en los hombros) y sentir cómo esta zona asciende y desciende a medida que inhalas y exhalas.
Debes intentar realizar ciclos de respiración (abdominal-torácica-clavicular) con regularidad, para conseguir oxigenar todo tu cuerpo y sentirte relajado.