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¿A qué se deben los dolores en los brazos y las piernas?

Sentir dolores en las extremidades del cuerpo es algo frecuente, y poco importa la edad que se tenga.

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Los resfriados y las gripes

Los dolores en los brazos y las piernas pueden aparecer algunos días antes de que se manifieste un resfriado o una gripe. Estas molestias forman parte de los síntomas típicos de estas enfermedades estacionales, que experimentamos todos cada año. Legítimamente os podéis preguntar por qué estas patologías afectan a las extremidades del cuerpo, y por qué los dolores que provocan son tan agudos.

Estos síntomas son debidos a la infección viral que sufre el organismo. En efecto, el cuerpo reacciona frente a este ataque para defenderse. Para ello, libera una gran cantidad de linfocitos para combatir al enemigo interior. Esta reacción defensiva ocasiona un aumento de la temperatura corporal, y una liberación de moléculas inflamatorias. Todo esto conlleva dolores en los brazos, en las piernas, un malestar general y fiebre.

Es posible que se sientan dolores antes de conocer los síntomas más clásicos de la gripe y del resfriado, que son la congestión nasal, los dolores de cabeza, etcétera.

Los dolores articulares

Se trata de una de las causas más frecuentes de estos dolores después de los 50 años. Los brazos y las piernas son las partes del cuerpo que más utilizamos durante el día. Están formadas por articulaciones complejas que, por diversas razones, se inflaman y se usan. Esto provoca dolor, cansancio e inflamación notable en las piernas, pero igualmente a nivel de los hombros. Estas molestias no se concentran únicamente en la zona de la articulación, sino que irradian todo el músculo hasta su extremidad. 

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Los problemas de circulación sanguínea

Generalmente, los dolores en los brazos y las piernas están asociados a una mala circulación sanguínea, que se acompaña igualmente de otros síntomas que es importante conocer.

Toma nota de estos síntomas:

Una sensación de entumecimiento en los brazos y las piernas, acompañada de calambres en las manos y los pies. Aparición de úlceras en las piernas. Una pérdida de fuerza en las manos. Dolores de cabeza. Uñas de color azulado. Vértigos al levantarse. Sensación de dolor y de pesadez en las piernas. Inflamación de los dedos y de las manos. Varices en las piernas.

Conviene estar atentos a todos estos síntomas, que son los reveladores principales de una mala circulación sanguínea. Si se sufren palpitaciones, taquicardia, y que se siente una sensación de opresión en el pecho, conviene consultar inmediatamente con el médico, porque podría ser el signo de una enfermedad cardíaca.

Más información: Amelioretasante