A lo largo del día estamos rodeados de mucha gente, estímulos y momentos en los que apenas dejamos espacio para el silencio y una soledad a la que no todo el mundo sabe enfrentarse. Una rutina que también nos reserva estas situaciones cotidianas que nos hacen sentir solos.
8 situaciones cotidianas que nos hacen sentir solos


1. Al volver a casa del trabajo
Son las diez de la noche y en el autobús apenas queda gente. Circulas por una ciudad tan grande pero tú, acurrucado en tu asiento, te sientes solo, sabiendo que nadie te esperará cuando llegues a casa. ¿Solución? Adopta una mascota.
2. Cuando escuchas esta canción
Y otras muchas del repertorio de U2, Smashing Pumpins o Coldplay (de The Scientist a Fix You).
3. Cuando cocinas de más
Hace tiempo que dejaste con tu expareja, pero tú sigues cocinando para dos. El hecho de que sobre comida no supera esa punzada de soledad que te devuelve a la realidad.
4. Cuando esa persona no se queda a dormir
En ocasiones, mantener sexo esporádico con una persona que no te convence para algo más se traduce en una liberación cuando se va en mitad de la noche. El problema llega cuando te enamoras de esa persona con la que mantienes una relación con beneficios y apenas se queda a escuchar de tu día.

5. No recibes likes, ni whatsapps, ni nada
Acabas de llegar a casa y te relajas, esperando que tus amigos te pregunten qué tal ha ido el día o te cuenten una novedad que te alegre la noche. Pero no, no hay "beeps" ni notificaciones. En Facebook tampoco hay likes en esa foto de la que esperabas un mejor rendimiento y en Instagram has perdido cinco seguidores de repente sin darte cuenta.
6. Cuando te sorprendes hablándole a las plantas
Cuando te encierras en tu jardín e introduces las manos en la tierra te sientes relajado, ausente del mundo. Te gusta la jardinería y disfrutas con ella, tanto, que muchas veces no puedes evitar hablar con las plantas. De repente se hace el silencio, suenan los primeros grillos de la noche y nadie te responde. Vuelves a entrar, pero en el móvil tampoco hay notificaciones.

7. Detestas las tardes de domingo
No se sabe por qué, pero pasar la tarde de domingo en soledad se les antoja a muchos como la peor de las torturas, especialmente en otoño. Aún no se han encontrado explicaciones científicas.
A pesar de que estas situaciones cotidianas que nos hacen sentir solos denoten un enfoque negativo, lo cierto es que la intención va más allá: aceptar esa soledad y disfrutarla, aprovecharla para reinventar nuestro día a día y replantearnos qué cambios debemos afrontar de una vez.








