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8 lecciones laborales que aprendimos de "El Diablo Viste a la Moda"

Si bien Miranda Priestly no se caracterizó por ser la jefa más amable ni cordial de la historia, su enorme exigencia (tal vez demasiada) con los empleados a largo plazo obtuvo muy buenos resultados y logró inspirar a varios.

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A pesar de que la postura de esta jefa era un tanto dura, la película nos dejó muchas enseñanzas sobre cuál es la manera más profesional de resolver problemas en la oficina y cómo actuar en cada situación para que nuestro trabajo dé sus frutos.

¿Quieres conocerlos?

Nunca te presentes a una reunión sin información ni trabajo hecho

Imagen 20th Century Fox

Tal vez Miranda pretendía lo imposible, pero mostrar una actitud pasiva y desinteresada en las reuniones de trabajo nos puede dejar muy mal parados. Asegúrate de presentarte con toda la información que necesitas y con ideas pertinentes.

Si te quejas ante los problemas, no llegarás a ningún lado

La vida se trata de eso, no podemos controlar todo lo que nos sucede y los problemas aparecerán siempre. Pero cuando eso suceda, la peor solución es quejarnos. Nadie disfruta de tener que lidiar con personas que no se comprometen o injusticias que nos afectan, pero lo que te ayudará a resolver la situación será una actitud proactiva.

Las ideas radicales son las únicas relevantes

Imagen 20th Century Fox

Bueno, tal vez esta forma de pensar sea un tanto RADICAL, pero un consejo que podemos tener en cuenta es que el mundo es un lugar donde si bien hay mucho inventado, todavía queda muchísimo por crear.

¡Tómalo como un desafío y logra diferenciarte del resto!

Nunca pierdas de vista la línea entre el trabajo y vida personal

Sí, respetar los límites de cada territorio puede ser muy muy desafiante, en especial en esta época donde el trabajo de oficina y rutinario poco a poco pierde vigencia para volver los límites aún más difusos.

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Pero por el bien de tu salud es necesario que mantengas ambos aspectos de tu vida separados. Si no sabes si mantienes o no esta línea, analiza tu rutina: ¿te has encontrado hablando con tu jefe en medio de una comida familiar? o ¿no pudiste estar con tu pareja en su cumpleaños porque surgió un ''evento muy importante''? Si las respuestas son sí, deberías considerar un cambio.

¡Actúa ahora!

Imagen 20th Century Fox

No caben dudas de que el ritmo que pretende Miranda Priestly es físicamente imposible de cumplir. No obstante, para ser un buen profesional lo mejor que podemos hacer es no postergar tareas y tratar de cumplir con todo lo que nos asignan lo antes posible.

Las excusas... no sirven

Si por un motivo grave no tuviste otra opción que ausentarte en la oficina, tu jefe lo comprenderá. Pero si cada vez que no cumples con un trabajo lo justificas con problemas de tu vida personal como: ''tuve una horrible pelea con mi pareja'' o ''mi hermana necesitaba ayuda con un trabajo escolar y no pude terminar con las tareas'' nadie te tomará en serio.

Porque una vez más, la vida nos agarra desprevenidos muchas veces y no podemos usar esos problemas para no ser suficientemente profesionales.

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Muchas personas matarían por tu empleo

Imagen 20th Century Fox

Esta es una frase que Miranda Priestly y todo su equipo adora y repite cada vez que puede. Pero esto no solo sucede aquí, sino que es algo que muchos jefes reiteran para que sus empleados valoren sus trabajos. Si bien es cierto y todos deberíamos agradecer por tener un trabajo, no podemos permitir que este tipo de frases nos limiten o nos amenacen. 

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Si tu trabajo agota tu vida e implica una carga con la que no puedes lidiar siempre prioriza tu salud. Tal vez no es el momento de tener responsabilidades de esa magnitud o trabajar bajo presión no es lo tuyo. 

Tu jefe es también una persona

Aunque a veces creemos que nosotros somos los únicos que cargamos con una gran cantidad de problemas, nuestros jefes también son seres humanos y tienen una vida aparte (aunque en Miranda no lo parezca). Darnos cuenta de eso nos permite acercarnos a ellos y comprender mejor cómo se sienten,

Ponerse en el lugar del otro es una buena tarea y ellos también deberían hacerlo. 

Ahora bien, nadie quiere tener una jefa como Miranda Priestly, porque es indiscutible que su extrema demanda e ideal de eficiencia son imposibles de lograr. No obstante, cabe resaltar algunas actitudes que adquiere o experiencias por las que atraviesa Andy que le sirven mucho para crecer y reconocer cuál es su verdadera pasión.

Si te encuentras en una situación así, no te desanimes, a la larga todo estará bien y habrás obtenido un maravilloso aprendizaje. 

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