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7 maneras de prevenir tus antojos de azúcar, sal y grasas

¡No más culpa!

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¿Nunca te pasó que deseaste con toda tu alma comer algo dulce, salado o con mucha grasa aun sabiendo que no son tan buenos para tu salud? ¡A todas nos ha pasado!

Ante estas situaciones, a partir de ahora, tendrás dos alternativas: sucumbir a tu antojo (con toda la culpa que eso puede acarrearte después) o fortalecerte con todos estos consejos...

1. Usa hierbas

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Las hierbas como el cilantro, el perejil, el eneldo, la albahaca y el orégano son perfectas para agregarles sabor y fitonutrientes a tus comidas. ¡También para prescindir de la sal!

Así que dales un toque de originalidad a tus preparaciones y añádeles hierbas frescas justo antes de servirlas.

2. Lo mejor son las grasas saludables

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El aguacate, el coco y la pasta de sésamo no solo le dan más sabor a la comida, sino que también te aportan con un montón de grasas saludables y fibra. Mientras que las primeras alentarán el buen funcionamiento de tu organismo (¡en particular de tu cerebro!), la segunda te mantendrá saciada durante más tiempo y, por consiguiente, te hará menos vulnerable a todo tipo de antojos.

3. ¡Especias!

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La canela, la pimienta, la nuez moscada, el clavo de olor y el jengibre les dan un exquisito sabor a las comidas y constituyen excelentes sustitutos del azúcar.

Asimismo, mira qué increíble: la presencia de estas especias hacen que seas más consciente de lo que estás comiendo y, como consecuencia, se convierten en grandes aliadas para que escuches a tu cuerpo y no lo satures de calorías innecesarias.

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4. Usa dulces que no sean azúcar

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Amígate con los endulzantes naturales que nos regala la Madre Tierra, ¡el azúcar no representa tu única alternativa! El extracto de vainilla, la mantequilla de coco o las vainas de vainilla les darán a tus preparaciones dulces un sabor especial sin azúcar de por medio.

5. Come solo alimentos de estación

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Si comes alimentos fuera de estación enlatados y traídos desde lugares lejanos, lo único que harás es añadir mucha más sal a tu dieta diaria. Y ya sabes: es como un círculo vicioso, el consumo de sal te hace querer más sal...

6. Revisa tus medicamentos

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Aunque cueste creerlo, muchos medicamentos influyen en tu percepción de la comida, es decir, en tu olfato y tu gusto. Este factor también te puede hacer más proclive a la comida chatarra.

Por tanto, si crees que este factor puede estar interfiriendo en tu alimentación, no dejes de consultarlo con tu médico.

7. Previene las deficiencias de nutrientes

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La falta de algunos minerales y vitaminas puede causar un cambio en la percepción del gusto y ser la causante de esos antojos que te molestan tanto.

En este sentido, la carencia de zinc puede constituir el principal problema. ¿Cómo remediarla? Regálale a tu organismo ostras, nueces, semillas de girasol y lentejas con más frecuencia.

Estos pequeños grandes detalles determinarán un cambio significativo en tu dieta. ¡Tenlos en cuenta!

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