4 frases que NO debes decir más en el gimnasio

Más que una cuestión de aPtitud, la vida es una cuestión de aCtitud. Es decir, la posición que asumimos respecto a nuestros desafíos diarios es determinante de nuestro éxito –y la actividad física no es la excepción–. Por tanto, si quieres triunfar en el mundo del ejercicio, tendrás que dejar de repetirte estas frases...

#1 "¡Odio esto!"

Que quede claro: tu odio no desvanecerá la dificultad de la actividad física –todo lo contrario–. Así que cambia el chip y procura volcar lo mejor de ti en lo que estás haciendo. ¿Te resulta casi imposible? Entonces, puede que todavía no hayas descubierto el tipo de ejercicio más adecuado para ti. En ese caso, ¡permítete explorar otras actividades! Y enfócate en todos sus beneficios: una vida más plena, una mayor longevidad, un cuerpo más esbelto, un mejor humor...

#2 "¡Nunca seré como ella!"

Es tu primer día en el gimnasio. Entras toda tímida y no das crédito a tus ojos. "¿Acaso he llegado al planeta de la mismísima perfección corporal? ¡Jamás llegaré a ser como ellas!", piensas. Pues, para empezar, trata de no comparar tus inicios, con los finales de las demás. En todo caso, haz que todo aquel cuerpo escultural que se te cruce por el camino sea para ti una motivación y no una causa de envida o desánimo. Además, recuerda: no hay comparación más gratificante que la que se hace con uno mismo.

#3 "No tengo tiempo para estirar"

Muchos se han convencido de que estirar es una total y absoluta pérdida de tiempo. Pero, la verdad es que el estiramiento es tan relevante como el ejercicio cardiovascular o el de fuerza. Y es que no hay cuerpo sano sin una buena flexibilidad. Asimismo, estirar permite intensificar el resto de la actividad física. En definitiva, ¡es imprescindible para permanecer saludable y seguir avanzando!

#4 "¡Soy tan gorda!"

Lamentablemente, esta es una de las frases más repetidas en los gimnasios –y en cualquier parte del mundo–. Ahora bien, no hay nada como esta frase para opacar el bienestar que genera realizar algo por ti misma, como lo es ir al gimnasio. Entonces, no seas tan dura contigo. La base de cualquier cambio es la aceptación. Así que antes de ir al gimnasio, mírate al espejo y valora lo que ves: un ser ÚNICO que está dando todo de sí para vivir mejor.

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Destierra estas frases de tu mente y encara las idas al gimnasio desde otro lugar. Para ello, ármate de paciencia y mucho amor. Solo así el entusiasmo llegará a tus días a través de la actividad física.