¿Buscas la perfección? No, gracias. Me quiero tal como soy.
Tu perfeccionismo está ahogando a tu autoestima de estas 5 maneras
Por:Univision
Nadie es perfecto. Esta es una afirmación tan cierta como que la tierra es redonda, entonces, ¿por qué no aceptarlo? Buscar metas y tratar de superarse cada día está genial, pero no hay que obsesionarse con el perfeccionismo absoluto. Los extremos no son buenos en ninguna faceta de la vida y, mucho menos, en lo que a exigencias personales se refiere.
De hecho, ciertos estudios señalan que la búsqueda de la perfección personal está relacionada con la ansiedad y la depresión. Por si aún no te habías dado cuenta, tu perfeccionismo ahoga tu autoestima de estas cinco maneras.
#5 Estás ciega
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El camino hacia la perfección está lleno de sinsabores. Más allá de encontrarla o no, lo cierto es que si no valoras todo el esfuerzo que dedicas cada día a buscarla, estarás dejando por el camino multitudes de razones por las que sentirte orgullosa.
#4 No aceptas cumplidos
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Ya no recuerdas la última vez que respondiste con un simple ‘gracias’ a un cumplido. Sientes tanta presión por alcanzar tus objetivos que tu autoestima está por los suelos y crees que cada vez que alguien te dice algo amable, tiene un doble sentido. Abandona esta actitud, deja que otros te ayuden a ver lo bueno que tienes.
#3 Olvidas quién eres
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Un buen trabajo, tener pertenencias materiales o muchos bienes es un objetivo respetable, pero tu perfeccionismo para alcanzarlos no define quién eres. Dedícate unos minutos al día a recordar lo que te hace especial y no abandones tus relaciones con los demás por un objetivo que no siempre te hará más feliz.
#2 Luchas absurdas
Una de las maneras más evidentes de que tu perfeccionismo está ahogando tu autoestima tiene que ver con la lucha constante a la que estás sometida. Tus batallas personales han perdido su razón de ser pero te empeñas en no pedir ayuda a los demás.
Si te das la oportunidad de dejar que otros te ayuden, descubrirás que todo es más sencillo de lo que parece. Perder una batalla no es perder la guerra y siempre es más fácil alcanzar tus objetivos con algo de apoyo.
#1 Estás atrapada
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El ritmo que te has impuesto te atrapa. Sientes que no eres todo lo buena que deberías y el constante esfuerzo te agota, dos factores que te acercan peligrosamente a una baja autoestima.
Estás presa de tus preocupaciones, tus objetivos y metas tan exigentes que no te dejan respirar pero… ¡tranquila! Estás a tiempo de evitar que tu perfeccionismo arruine tu autoestima. Solo tienes que tomar aire, relajarte y disfrutar del camino con más tranquilidad hasta llegar a la meta. ¡La vida es una sola!