Lifestyle

Lo que alguien dice de ti habla más de él que de ti, ¿lo habías pensado?

«Cada hombre es lo que hace con lo que hicieron de él»

PUBLICIDAD

En los últimos meses una reconocida cantante fue noticia por haber aumentado de peso. Se han dado opiniones, diversos juicios y se han interpretado artículos como discriminatorios de acuerdo a cómo tratan el tema.

Voy a cambiar la mirada, no voy a comentar si los distintos discursos en torno a ella están bien o mal. No lo haré porque no puedo dejar de pensar que sea noticia el aumento de peso de una persona, así que opto por quedarme con lo que me interesa del tema.

Esta celebridad respondió de manera sarcástica a la preocupación por su peso, demostrando para muchos autoconfianza y seguridad en sí misma. Un meme, un video y algunos emoticones sirvieron para dejar un mensaje que se interpreta como «no me importa lo que digan, así soy feliz».

Me quedo con esa interpretación y la apropio: tengo seguridad en mí misma. Y voy un poco más lejos: aquel que me ve me describe desde su interpretación de los hechos. ¿No resulta maravilloso y liberador cuando comprendemos que no somos lo que otros ven de nosotros?

Lo que el otro dice de mí habla más de él que de mí

Imagen iStock

Durante todo el día, desde que me levanto hasta que me acuesto, estoy recibiendo información y muchas veces actúo en base a esa información. Cuando alguien me da un consejo o hace algún comentario de lo que dije, lo está haciendo desde su experiencia. Y olvidarme de eso hace que lo crea, hace que tome esos comentarios sobre mí como una verdad.

Lo que el otro dice de mí habla más de él, de lo que él siente, quiere, desea o detesta. Y así soy la única responsable de mis decisiones y de lo que siento. Porque puedo elegir qué hacer con eso qué dicen de mí, con esas interpretaciones.

PUBLICIDAD

Soy lo que elijo ser

Imagen iStock

Hoy tengo la opción de decidir qué hacer con mi día. Quizás alguien me mire enojado o me diga algo que me hace sentir mal, pero puedo decidir si esa mirada me afecta o si ese comentario me duele.

Muchas veces dije «no soy buena para las matemáticas», y pensándolo bien, de tanto decírmelo a mí misma me lo creí. Cuando en realidad opté por no prestarle atención a esa materia. Pero esa fue una decisión mía y asumirla como tal significa ser la única responsable de lo que soy.

Aquel que nos mira, nos mira desde su forma de ver el mundo. Siempre estuve preocupada por no poder mantenerme en lo que se considera un peso adecuado y creo que esto sucedía porque estaba más pendiente de la mirada de los otros que de la que yo tenía de mí misma. Y ahí está nuestra belleza, no en el tamaño o peso de nuestro cuerpo, sino en la decisión de qué hacer con todo eso que los demás interpretan de mí.