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Aprende a disimular tus rasgos más prominentes

Si nos ponemos a mirar en detalle nuestro rostro a todas nos pasa que vemos primero lo que menos nos gusta. Quizás una nariz grande, una frente amplia, labios demasiado finos... Está en el ser humano ser crítico, pero lo bueno es que cuando pasa esto el maquillaje puede ser nuestro mejor aliado antes que optar por "mejorías" más drásticas.

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Pequeños secretos de tocador te pueden ayudar a disimular eso que no quieres que se vea. Claro, todo en su justa medida, pero sin duda te ayudarán y mucho. Y solo tiene que ponerlos en prueba y comprobar los resultados.

Nariz muy prominente:
Cuando no nos gusta, lo que debemos hacer es centrar la atención en otro punto de nuestro rostro. Lo ideal es dar más importancia a los ojos. El colorete también se transforma en un ‘arma’ muy importante. Hay que aplicarlo como si fueran dos pequeñas chapetitas de rubor, sin pasarse. ¿Dónde? Sonríe y encontrarás el punto exacto: en los pómulos y hasta la sien. Además, jugando con dos tonos de la base de maquillaje (uno oscuro para hundir o estrechar y otro un poco más claro para agrandar, dar luz y resaltar) también se pueden obtener los resultados deseados.

Mentón muy marcado:
Es difícil de disimular, por eso es mejor trasladar la atención hacia la parte superior de nuestro rostro: ojos, pómulos, frente… En estos casos son muy útiles los iluminadores y el colorete, que deberás utilizar en la parte que quieras resaltar. El colorete debes aplicarlo desde los pómulos hasta el hueso de la sien.

Frente despejada:
No sólo puedes disimularla con el peinado. También en este caso los polvos de sol te ayudarán. Aplica sobre la base de la frente, justo en la línea de la raíz del pelo, una pequeña sombra de polvos de sol. En verano dan un resultado fantástico.