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Arte en casa con Shimi: un frasco transformado en lamparilla

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Hoy vamos a hacer, con un frasco y una lata, una lamparilla. No se trata de una lamparilla común, sino una luminaria que se asemeja a una bombita de luz real, pero mucho más grande. Es un trabajo de reciclaje doble, pues vamos a reciclar un frasco redondo y también una lata de refresco. El resultado es una lámpara artesanal muy divertida, parecida a las primeras bombillas eléctricas que construía Edison, que eran muy grandes. Vamos a ver cómo se hace un frasco transformado en lamparilla antigua, aplicando varios procesos de reciclaje.

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Materiales:

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2 frascos redondos con tapa rosca
2 latas de refresco
Alambre fino
Cable, porta lámpara y bombilla
Cartón
Tijera
Pinza redonda
Pintura plateada o dorada
Pincel
Aguarrás
Adhesivo potente
Cartón
Cinta adhesiva
Una lamparilla pequeña

Paso a paso:

El primer paso es encontrar un frasco redondo o casi redondo y una lata de refresco común.

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El segundo paso es cortar la lata. Para ello se marca con un cuchillo, se agujerea con una tijera y se corta fácilmente, pues la hojalata de las latas de refrescos es muy fina.

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El tercer paso es pintar las latas con un esmalte dorado o plateado (yo utilicé dorado y luego plateado) y armar los portalámparas con un cable y una ficha. Yo utilicé una lamparilla dicroica, pero se puede utilizar otra lamparilla pequeñita, como una lamparilla mignón. En realidad aconsejo utilizar una lamparilla común muy pequeña, pues con la dicroica es más difícil luego armar el alambre y habrá que agujerear la lata, pues he notado que se empaña el vidrio.

Un cilindro de cartón se enhebra en el portalámparas, para que quede firme el conjunto.

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El paso siguiente es armar el alambre para que parezca una lamparilla real. Simplemente tomamos un alambre fino y le damos la forma de espiral con una pinza redonda.

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Yo hice todo por duplicado, pues mi idea era hacer dos lámparas que voy a colocar en una esquina del porche.

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El paso siguiente es recortar dos círculos de cartón y enhebrar, como si fueran abalorios, todos los elementos en el cable. El alambre se pasa por el cartón y se dobla del otro lado del cartón para que quede firme.

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Luego hay que tapar la parte superior con cartón, de la misma manera que hemos hecho en el paso anterior y le ponemos un poco de cinta, para que se sostenga la bombilla (el frasco).

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De esta forma ya está casi lista la parte de arriba.

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Sólo resta agregarle la tapa que va a ser el elemento de seguridad, para poder enroscar el frasco y que no se caiga. Esto lo hacemos agujereando la tapa y adhiriéndola a la lata con un pegamento potente.

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Ahora sí, se deja secar y se enrosca la tapa.

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Y de esta forma tenemos listo un frasco transformado en una lamparilla. Yo tuve listas dos.

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Estas lámparas recicladas se pueden colgar de cualquier sitio solas, o utilizar con una pantalla que se vea la bombita. ¡Son muy lindas! (¡y grandes!)

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Cuando las veo me da la sensación de que quedaron muy reales… ¡Me encantan!

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Sin embargo, dan una luminosidad diferente a las lamparillas convencionales y creo que sería una gran idea pintarlas de colores, con pintura para vidrio.

De esta forma hemos hecho un frasco transformado en lamparilla. Espero que te haya gustado esta manualidad tanto como a mí, pues me he divertido mucho. Por un momento me he imaginado ser Edison (¡salvando las inmensas distancias!).

Los espero en la próxima edición de Arte en casa con Shimi.
¡Y no dejen de reciclar!

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