Los últimos minutos de Valentín Elizalde: la historia del niño que soñó con cantar y murió por una ráfaga de balas
El final de una presentación siempre es un momento lleno de emoción para todo intérprete. Es justo el clímax, cuando sus admiradores, que han ido a ver su acto, se entregan en una lluvia de aplausos. Así fue para Valentín Elizalde pasada la medianoche del sábado 25 de noviembre de 2006.
El palenque de la Expo-Feria de Reynosa, en el estado fronterizo de Tamaulipas, estalló en gritos y ovaciones, mientras 'El Gallo de Oro' agradecía de corazón a quienes habían coreado sus temas durante más de dos horas de concierto estelar. Poco imaginaban él y su equipo que estos serían los últimos aplausos que recibirían en vida, y que a la salida, los esperaba una ráfaga de balas que segaría su vida y daría origen a una leyenda.
Una carrera meteórica
Valentín Elizalde Valencia nació en Quetchehueca, un poblado cercano a la ciudad de Navojoa, Sonora, el jueves primero de febrero de 1979, ahí pasó sus primeros años para luego trasladarse a Guadalajara, Jalisco, y más tarde a Guasave, Sinaloa. Su padre, Everardo 'Lalo' -también apodado 'El Gallo' Elizalde-, de quien heredó el gusto por cantar, ya que solía cantar corridos y enseñó a sus hijos a tocar la guitarra, murió en un accidente de tráfico en un lugar conocido como "la curva de la muerte" en Villa Juárez, Sonora. Su madre, Camila Valencia, siendo aún muy joven, tuvo que sacar adelante a sus cuatro hijos: tres varones y una niña.
Aunque siempre tuvo mucha aptitud para cantar, doña Camila insistió en que su hijo estudiara una carrera profesional antes que pudiera perseguir su sueño.
- Como cantante puedes pasar hambre, hijo. Mejor que tengas algo que te dé para vivir.
-Pero mamá, yo quiero cantar.
Doña Camila fue inflexible. - A mí tráeme un título universitario y luego haces lo que se te dé la gana.
Así fue como Valentín, al terminar sus estudios de preparatoria, ingresó a la Universidad de Sonora, en Hermosillo, para estudiar Derecho. Según contaron sus hermanos, le costó mucho trabajo sacar adelante la carrera, porque su madre no le daba respiro y le exigía siempre las mejores calificaciones, aunque de ese modo, pudo terminar su preparación en tiempo y forma, titulándose como abogado. Una vez habiéndole dado gusto a su madre, Valentín decidió que era el momento de dejar de cantar como aficionado y volver realidad su sueño.
Surge "El Gallo de Oro"
La carrera profesional de Valentín se inició en un día de San Juan (24 de junio de 1998) en Bácame Nuevo, Sonora, donde recibió su primer pago por cantar. Con ese dinero y algunos ahorros que tenía, el muchacho de 19 años inició los preparativos para grabar su primer disco y videoclip. Pronto tuvo fechas en palenques y ferias, y debido a su imagen - era guapo y varonil, al estilo de Alejandro Fernández - comenzó a llamar la atención. En un territorio habitualmemente dominado por las bandas con muchos integrantes, con un amplio espectro machista, Valentín, a quien empezaron a llamar ' El Gallo de oro', comenzó a obtener cada vez más reconocimiento en los estados de Sonora, Sinaloa y Chihuahua, tanto por su aspecto como su estilo.
"Mi padre era el gallo," dijo en una entrevista a la revista ' Furia', en 1999, "y a mí me dicen 'El Gallo de Oro'. Para mí es un honor, porque es un homenaje a mi padre".
Es importante señalar que Elizalde no solo era cantante, sino también compositor de gran cantidad de canciones y de varios estilos, dentro de la tradición de tambora sinaloense: pronto empezó a sonar en la radio y temas de su inspiración fueron interpretados por otros artistas como El Komander, Calibre 50, Eliseo Robles, Claudio Alcaraz, Danny Guillén, Remmy Valenzuela y Ramón Ayala. Sus temas comenzaron a llegar a los primeros lugares de popularidad en la radio y al mismo tiempo inició su leyenda de amores borrascosos: en 1999, Elizalde contrajo matrimonio con Gabriela Sabag, madre de su hija mayor, también de nombre Gabriela. Pese a estar casados, sin embargo, mientras grababa un videoclip conoció a Blanca Vianey Durán Brambila, originaria de Ciudad Obregón, una guapa muchacha de 18 años y ojos enormes, que lo flechó de inmediato y se hizo su novia, aún si él ya tenía un hogar y una familia.
En 2001 nació Kimberly Valeria, su hija, a la que el cantante reconoció. Esto significó el fin de su matrimonio, y aunque la pareja compuesta por Valentín y Blanca siguió por algún tiempo aparentemente sin problemas, en 2003 nació Valentina Guadalupe, hija que tuvo con Azucena Rincón Avilés, aunque continuó de manera intermitente cohabitando con Blanca, quien parecía ser la única mujer que comprendía su compleja forma de vivir y no tenía celos de las mujeres que buscaban tener aventuras con él.
Doña Camila decidió que, aunque sus nietas tuvieran distintas madres, existiera una convivencia sana entre ellas, tal como había sucedido con otros hijos que su marido, Everardo, había tenido de otras relaciones: "La familia es muy importante y siempre se lo dije a mis hijos, especialmente a Valentín. Él fue un buen hijo, un excelente padre y un gran hermano". Del mismo modo, procuró que la fama no separara a su hijo de su familia, y que no perdiera el piso: "Se lo dije siempre. Tú eres gente del pueblo y al pueblo te debes. No te vayas a olvidar nunca de eso".
Llevando los preceptos de su madre en el corazón, 'El Gallo de Oro' continuó su carrera en ascenso, creando su propia banda, la Guasaveña, que lo acompañaba en todas sus presentaciones y grabaciones, y que fundó junto con su primo Fausto 'Tano' Castro Elizalde, quien era su compañero inseparable.
"A mis enemigos"
A principios de la década del 2000, Valentín fue uno de los precursores del llamado ' Narcocorrido', algo que en su momento ya había contribuído a crear 'Chalino' Sánchez en la frontera de México y Estados Unidos. Entusiasmado por la respuesta que generaban estos temas, los interpretaba en sus presentaciones en vivo. Fue así como tuvo la idea de cantar 'A mis enemigos', un tema presuntamente inspirado en Joaquín 'El Chapo' Guzmán, en su presentación en la Expoferia de Reynosa, una de las ciudades fronterizas que más se ha caracterizado por tener un ambiente violento.
Aún en ese entonces, en los albores de lo que años después se conocería como ' La Guerra Contra El Narco', era rutinario entre los lugareños escuchar que habían ejecutado a miembros de uno u otro bando, militares o narcotraficantes; que estas ejecuciones y ajustes de cuentas no se limitaban a miembros de los cárteles, también se vaciaban ráfagas de cuernos de chivo o de R‐15 sobre civiles, incluso famlias con niños, o sobre funcionarios, siempre estos del área de seguridad y justicia.
Algunos allegados, como su hermano Jesús 'El Flaco' Elizalde, le habían pedido a Valentín que no jugara con fuego, advirtiéndole de las consecuencias que sus flirteos con este tipo de personajes podrían tener. "Pero no hacía caso", recordó en una entrevista por televisión con motivo de uno de los aniversarios luctuosos de su hermano: "Era valiente, pero también a veces atolondrado. Era muy joven, cuando murió tenía apenas 27 años. A esa edad uno qué va a saber. O si sabe, ¿qué va a entender? Valentín no se tomaba en serio las amenazas. Para él lo importante era cantar para su público y ver a sus hijas. Lo demás, le valía... hasta que un día molestó a alguien que no debía y se lo cargaron, por una imprudencia, pues".
Sentencia de muerte
A Jaime González Durán, le decían 'el Hummer'. Callado, serio, aunque siempre alerta, era uno de los principales líderes del grupo conocido como ‘Los Zetas'. En 2006, era uno de los hombres más buscados por los gobiernos de México y Estados Unidos.
La noche del 24 de Noviembre, 'El Hummer' estaba en la ExpoFeria de Reynosa, donde su sola presencia imponía respeto e incluso temor: bebía cerveza en un área VIP del palenque, rodeado de colaboradores y algunas bellas mujeres. Le gustaba la música de banda y estaba ahí para disfrutar del espectáculo, cuya atracción principal era precisamente Elizalde, al que había visto en algunas otras ocasiones interpretando su repertorio. Cuando lo vio salir al escenario y se oyeron los primeros acordes de ' A mis enemigos', tema que presuntamente era dedicado de parte d 'El Chapo' Guzmán para sus enemigos del Cartel del Golfo y su exbrazo armado 'Los Zetas', el rostro se le descompuso en un rictus.
La canción había sido utilizada meses antes en un video donde se mostraban imágenes de ejecuciones de supuestos integrantes de 'Los Zetas' y culminaba con dos imágenes retadoras de 'El Chapo', que se decía, era admirador y amigo 'valedor' de Valentín (aunque su familia siempre lo negó). El tema terminaba con la siguiente estrofa:
Que este tema abriera y cerrara la presentación de 'El Gallo de Oro' enfureció al 'Hummer'. Una cosa era que la cantara de entrada, pero dos veces, ya era "pasarse de lanza". En ese momento, mientras repetía el tema, entre aplausos y gritos apoteósicos, González Durán giró una orden de una sola palabra a sus hombres. Una sola, que consistió en una sentencia de muerte: " Mátenlo".
Lluvia de plomo y sangre
Apenas a unos minutos de haber terminado su show, dejando de lado la cena que habían ordenado antes de subir a cantar al escenario él y su banda Guasaveña, se corrió la voz de que 'el Hummer' se la tenía jurada a Valentín. De inmediato su representante, Mario Mendoza Grajeda, le indicó que se fueran. Mejor irse rápido al aeropuerto: eran casi las dos de la mañana y tenían que irse a Morelia, Michoacán, donde tenían programado alternar con Joan Sebastian por la noche.
"Vámonos", le dijo, y junto con 'Tano' abordaron una Suburban último modelo 2007, recién salida de agencia. Su chofer y guardaespaldas, Raymundo Ballesteros, encendió el motor y salieron a toda velocidad. Fue entonces que Mario le informó a Valentín que había incurrido en la ira del cabecilla local de 'los Zetas' y que por eso se iban. Pronto Raymundo se dio cuenta de que eran seguidos por otras dos camionetas parecidas a la suya; entraron en pánico y buscaron la manera de salir del recinto ferial, que estaba muy concurrido aún a esa hora. Cien metros adelante de la salida les dieron alcance: los dos vehículos se le cerraron al de Elizalde, de estas unidades bajaron tres sujetos que comenzaron a rafaguear la Suburban en formación de abanico, destrozándole el capó, parabrisas y ventanillas.
"Cuando vi el cuerpo baleado de Valentín aún estaba con vida‘,‘ relataría después 'Tano' desde una cama de hospital. Había salvado la vida milagrosamente, pero nunca iba a olvidar lo ocurrido en esos instantes de horror y violencia: " Lo tomé en mis brazos para protegerlo y le decía: ¡Vámonos!, ¡vámonos!, porque casi estoy seguro de que él estaba vivo cuando yo lo agarré’’.
Prosiguió con su escalofriante relato, que lo acompañará en la memoria para toda la vida: ‘‘(Valentín) ya en ningún momento habló, él con su ojo izquierdo abierto me miraba y yo sentía que estaba vivo cuando lo agarré. Cuando pararon los tiros para quererlo sacar fue cuando él se me fue para un lado, ahí fue cuando yo empecé a gritar como loco, a llorar como loco’. Fue ahí que supe que estaba muerto".
Había por lo menos 20 impactos de bala por cada lado de la camioneta. El comando se marchó cuando ya daban por muerto al cantante y cumplido su obejtivo. Llegaron ambulancias y curiosos, pero ya era tarde. Valentín Elizalde había recibido disparos en la cabeza, torso, piernas y brazo. Su muerte había sido instantánea según los forenses y ese fue el único consuelo que le quedó a Camila Valencia cuando le notificaron la desgarradora noticia: había sido tan rápido, que su hijo no sufrió.
La sombra de la tragedia
La tragedia de Valentín no terminaría ahí: el 20 de junio de 2016 Blanca Vianey, quien fue una de las más afectadas por su muerte y se había derrumbado al enterarse -oficialmente, seguían juntos al momento de su muerte, según dijeron amigos y familiares-, ya se había vuelto a casar y tenía más familia. Sin embargo estaba preparando la fiesta de Quinceañera de Kimberly Valeria, su única hija con Valentín, cuando el terror volvió a sus vidas.
Blanca Vianey estaba de compras en Ciudad Obregón, terminando los preparativos de la fiesta, ya tenía todo listo: invitaciones, regalos, el vestido y solo faltaba la elección del pastel. Blanca, acompañada de Kimberly, llegó ante una famosa repostería de la ciudad y aparcó su camioneta justo frente al local. Mientras Kimberly se quitaba el cinturón de seguridad, Blanca Vianey bajó antes para atender una llamada que sonó en ese momento en su teléfono celular. Nunca se supo de quién era la llamada que recibió: justo en ese momento, en plena calle y a la luz del día, un muchacho al que ningún testigo lograría describir, corrió hacia ella sin que lo viera, llevaba un arma calibre .38 desenfundada y le soltó dos tiros en la cabeza, destrozándole el teléfono, la cara y el cráneo. Blanca cayó fulminada en la acera, mientras su hija gritaba desesperada dentro del coche.
De inmediato se corrió la voz de que Blanca había sido ejecutada por los 'Zetas', del mismo modo que Valentín. El 'Hummer' hacía años que estaba en prisión ( por razones no relacionadas con la muerte de Elizalde), pero esto no quería decir que el cantante no siguiera teniendo enemigos después de muerto. Aunque las autoridades abrieron una línea de investigación que quedó inconclusa: la muerte de la mujer, madre de una hija de 'El Gallo de Oro' quedaría, como la de él, para siempre sumida en el misterio.
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