Del fracaso a Dragon Ball: la vida y obra de Akira Toriyama, el mangaka que cambió nuestra infancia

El mangaka Akira Toriyama marcó la infancia de millones de niños en el mundo. Tras su muerte, ocurrida el 1 de marzo de 2024 (pero dada a conocer el 7 de marzo), hacemos un repaso por su admirable vida y obra.

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Toriyama Akira (鳥山 明 ) nació en Nagoya el 5 de abril de 1955, la cuarta ciudad más grande de Japón, en la región de Chūbu, en el centro de la isla de Honshū. Desde pequeño se interesó por el dibujo y el diseño, siendo Osamu Tezuka, el padre del manga, y el cine de Disney sus mayores influencias.

Estudió en la Escuela Superior Industrial (una alternativa previa a la Universidad) y trabajó en una importante empresa de publicidad de la ciudad. Sin embargo, la pasión que nació durante su niñez lo llevaría por un camino inesperado.

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Según el mismo Akira reveló:

"Al ver la película de dibujos animados 101 dálmatas de Walt Disney y, ante aquella perfección, casi me caigo de espaldas. "¡Cuánto me gustaría dibujar así!".

Su pasión era mucha, no así su determinación inicial. Si bien asistió a una escuela de diseño gráfico —para los que disen que los Diseñadores terminan trabajando en McDonalds—, nunca trabajó de forma extra en la creación de un manga hasta que tuvo que decidir su futuro universitario.

En sus propias palabras:

"No tenía ganas de estudiar más y pensaba: "¡Mis dibujos son tan buenos que tendrán éxito enseguida!". Yo era muy creído de joven".

Asertivo y seguro de sí mismo (personalidad que sería heredada a Gokú, años más tarde), dejó su trabajo sin tener claro el rumbo. No obstante, encontró una oportunidad en el concurso de manga que había sido abierto, pero su historia ni siquiera fue seleccionada. El exceso de confianza de Toriyama no había sido suficiente; necesitaría encontrar otros dos valores importantísimos que serían base en la leyenda de Dragon Ball: el esfuerzo y la superación personal.

Enfadado prosiguió dibujando en más concursos, aunque perdía siempre. Enfadado y casi derrotado, recibió la llamada de Kazuhiko Torishima, un importante editor de la época que manifestó claramente: «Akira, todavía lo haces mal, pero puede que tengas posibilidades. Dibuja más mangas y mándamelos».

Toriyama entendió que al único que debía superar era a sí mismo: los límites saiyajin que formarían parte de su obra fueron producto del aprendizaje adquirido mediante el fracaso.

Años más tarde, con mucha dedicación, Toriyama debutó como dibujante en 1978 con la historia Wonder Island, la cual lo prepararía para su primer éxito: Dr. Slump, que se publicó entre 1980 y 1984 y gracias a ella recibió, en 1981, el Premio de Manga Shōgakukan.

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Akira sintió que estaba en el pico más alto de su carrera, sin embargo, apostó por otro proyecto. Los primeros bocetos y premisas —comprendidos en una historia corta conocida como Dragon Boy— fueron catalogados como extremadamente infantiles y poco coherentes. La mayoría creía que jamás superaría el nivel altísimo que la leyenda de Arale había obtenido. Pero la verdad fue otra muy distinta...

"Al principio, había algo así como ‘votos de anticipación’ en relación con mi trabajo, pero mi clasificación en las encuestas fue terrible y estaba al último. Sin embargo, sabía que probablemente sería popular si aumentara las escenas de lucha… Así que puse mi fe en el arco del ‘Torneo de artes marciales’ y comenzó a ganar popularidad".

Akira tomó sus experiencias pasadas y se hizo mucho más fuerte... evolucionó. Tomó la esencia de Dragon Boy y la trasladó a un universo en el que las artes marciales se combinaban con la magia, la fantasía, la mitología china y la superación personal, convirtiéndola en lo que sería Dragon Ball.

El éxito de Dragon Ball es conocido por todos: 42 volúmenes, varios anime y decenas de películas. No obstante, la magnífica creatividad, admirable esfuerzo y peculiar pluma de Akira Toriyama continuaría trabajando en éxitos de videojuegos como Chrono Trigger; u otras historias como Katsura Akira y Neko Majin Z.

La vida y los fracasos de Akira se transformaron en el combustible necesario para mover el motor que crearía Dragon Ball y fundaría los cimientos de todos los valores que la serie nos trasmitió en nuestra infancia, convirtiéndonos en lo que hoy somos.

Muchas gracias, Toriyama.

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