El issue #46 de la serialización mensual de Dragon Ball Super, guionado y dibujado por Toyotaro, ha presentado una historia tan letal como inesperada desde hace tres números. La inserción de Moro, el mago más poderoso de los últimos millones de años, y su capacidad de robar, transformar y asimilar la energía vital de cualquier ser vivo para convertirla en la suya —como si se tratara de una genki-dama—, la cual fue ejecutaba en innumerables planetas, lo transformó en un temible enemigo, sin embargo, no era nadie en comparación con un Super Saiyan Blue (al menos en su forma incompleta y envejecida).
Gokú y Vegeta sufren un destino peor que la muerte a manos del villano más temible de todos los universos

En este capítulo, Moro logra hacerse de un poder que no solo lo rejuvenece sino que lo coloca en la cima de los seres más poderosos del universo 7.

Luego de impedir que los Saiyan lograsen alcanzar todo su potencial a través de la transformación en Super Saiyan, Moro utiliza su magia para lastimar a sus oponentes y, posteriormente, robar su ki. Al alimentarse del ki de los Saiyan obtuvo la energía necesaria para alcanzar una de sus formas más poderosas, dejando a Vegeta y Gokú en el suelo, casi sin vida.
La derrota sufrida fue peor que la muerte para Kakarotto y el príncipe saiyajin. Fueron dejados a su suerte, desestimados por un Moro que no tenía interés en criaturas que jamás podrían alcanzar su nivel actual. Obviamente, esto es el peor golpe que se le puede dar a un saiyan.

No obstante, las habilidades curativas del pueblo namekiano fueron suficientes como para preservar la vida de los guerreros, no tan así como para restaurar su energía. Gokú y Vegeta durmieron por tres días mientras Moro seguía propagando el terror y, en adición, Bills, quien estuvo al tanto de todo lo sucedido, ignoró el combate y negó la ayuda a los discípulos de Whis. Para muchos, esto también es entrenamiento, ya que la única forma de vencer a alguien que no puede ser superado con ki sería a través de una técnica divina como el Migatte no Gokui, por ejemplo.

Poco tiempo después, Moro regresa a lugar que los Namekianos usaban como refugio en búsqueda de las esferas del dragón, pero Gokú y Vegeta todavía no estaban preparados para la revancha. En su lugar, fue creado un Super Namekiano que, lamentablemente, fue asesinado en instantes —no olvidemos que Moro sumo el poder de dos Super Saiyan Blue a su arsenal mágico—.
De esta forma, la extinción Namek se vislumbra nuevamente, a menos que los saiyan encuentren la forma de evitar que Moro extraiga su energía.
Honestamente, esta saga ha sido la más interesante —por debajo del Torneo Universal, por supuesto— y será un arco increíble cuando sea adaptado al anime. Pero tú, ¿qué piensas al respecto?
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