Dragon Ball Super: Vegeta supera a los dioses con el power-up más coherente (y emocionante) de toda la serie

Como cada fin de semana, otro capítulo de  Dragon Ball Super fue estrenado. Bajo el título «¡Supera a los dioses! El ataque desesperado de Vegeta», este episodio nos regaló un momento que habíamos esperado durante mucho tiempo: Vegeta alcanza un poder mayor al de Gokú. 

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Sé que suena controversial, pero más adelante te explicaré mis fundamentos. Mientras tanto, repasemos lo sucedido en este fantástico capítulo. 

Toppo, tras haberse entregado al poder de la destrucción, decide dar caza a Número 17 y Freezer —sí, el Emperador del mal se levantó una vez más, demostrando su tenacidad—. Ambos guerreros fueron abrumados por el poder de un dios, aunque mediante el impecable uso de la estrategia, 17 ganó algo de tiempo.

Toppo era un oponente demasiado fuerte para ellos y podría haber ganado con facilidad, sin embargo, el candidato a dios queda atrapado en el fuego cruzado de la otra batalla ocurrida en el lugar y decide intervenir. 

Toppo, seguro de su poder, desafía a Vegeta. El príncipe Saiyan, por su parte, se mantiene analítico y táctico, sorprendido por la gran evolución de su rival.

Toppo lo supera momentáneamente, dejándolo a merced de un devastador ataque, pero, en este momento, ocurre un power-up sólido, coherente y emocionante.

El Saiyan reclama al representante del universo 11 haber abandonado su orgullo como guerrero de la justicia. Toppo había desechado sus principios para alcanzar un nuevo poder, algo que iba en contra de los ideales de Vegeta a pesar de la aparente nobleza del acto

Vegeta siempre vencerá a los más fuertes usando su propio poder, sin negar su esencia. 

Fue así que Vegeta, recordando a su familia y la promesa que le hizo a su discípulo, liberó un poder inconmensurable; tan potente y puro que era imposible de destruir —ni siquiera con el Hakai—. 

«¡No desecharé nada!», gritó el príncipe, y en esta verdad residía su fuerza: el orgullo de jamás ceder ante lo externo; la determinación de confiar en su naturaleza.

En tiempos de antaño, Vegeta obtenía su poder de la maldad; pero, si analizamos el personaje en profundidad, no era el mal lo que alimentaba su fuerza, sino la creencia de que en su interior residía lo necesario para derrotar cualquier oponente. De esta manera, en Dragon Ball Z, cuando se enfrentó a Buu, supo identificar lo que lo motivaba a ser más fuerte, las personas que formaban parte de su esencia: Bulma, Trunks y, por supuesto, su amigo/rival Kakarotto. 

Usando la misma lógica —y a modo de homenaje—, Vegeta repite el ataque autodestructivo que libera la energía contenida en el Saiyan. En cambio, en esta ocasión, el príncipe sobrevive. Ya no es un simple Saiyan dubitativo, ahora es un guerrero que ha superado a los dioses. 

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Datos adicionales: 

  • Por lo visto, Jiren solo respeta la fuerza, ya que desestimó a su compañero y felicitó a su enemigo. 
  • Además, el guerrero más fuerte del torneo decidió liberar su auténtico poder, lo cual marcará historia en Dragon Ball Super. 
  • ¿Quién ganará el torneo? En el caso de que logren derrotar a Jiren, seguramente será a costa de algunas eliminaciones. ¿Qué pasaría si Freezer es el último en pie? 
  • Si bien lo abordaré en próximos artículos, creo que todos estamos de acuerdo en que el poder actual de Vegeta es superior al de Gokú. Mientras que Kakarotto necesitó dominar una técnica divina para superar el nivel de un dios, Vegeta lo consiguió mediante el Super Saiyan Blue, una transformación que Gokú aún no pudo llevar al mismo nivel que el príncipe Saiyan —ni siquiera con el Kaio-ken—.

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