The Walking Dead rompió todos sus convencionalismos con su tercer capítulo, en el que mostró a los sobrevivientes formando una nueva sociedad en miniatura, repleta de retos y problemas que van más allá de los zombies. Rick se reencontró con su familia y los problemas entre él y Shane parece sumamente sublimados por el momento, pero quién sabe para donde los llevarán (los que hayan leído el comic entenderán a qué me refiero).
Crítica de The Walking Dead Episodio 3: Tell it to the Frogs

Mientras tanto un cierto personaje extremadamente detestable terminó causándole remordimiento a los personajes que debieron emprender una misión semi-suicida. Sin embargo Rick tiene otras razones para separarse nuevamente de su familia y entre ellas esta una enorme deuda de lealtad hacia un viejo amigo.
El episodio fue brillante, no tan intenso ni rápido como los anteriores pero aún así se permitió contar una historia bien pensada, con detalles cuidadosamente considerados e introducir varios personajes nuevos que muestran como la serie esta dispuesta a alejarse del comic y adquirir su propia identidad. El resultado es nuevamente espléndido y mi única queja es que ya solo quedan 3 episodios antes de que la temporada termine y el show se despida hasta el año próximo (va a ser una espera larga y dura).
Puntaje: 8/10- The Walking Dead demuestra que no necesita zombies para contar una historia interesante y continúa dándole forma a sus personajes que ya comienzan a distinguirse de los del comic.









