9 lecciones de vida que me enseñaron los X-Men

Vivir es aprender, en cualquiera de los ámbitos en que nos movamos. Y resulta que yo me muevo en el rubro cómics casi desde antes de nacer, porque mi padre, mi hermano mayor, mis tíos y mis primos consumían este tipo de literatura (sí, dije literatura, ¿algún problema con eso?) desde siempre y me la supieron inculcar. Es así que los cómics han sido para mí grandes maestros y forjadores de carácter.

Más precisamente, dentro del noveno arte hay un superequipo que siempre ha sido absoluto dueño de mi cariño y admiración: los X-Men. Las aventuras de los mutantes del Universo Marvel no solo me han dejado muchas horas de entretenimiento y me han dado la excusa para tener un medio de vida vinculado a lo que me gusta, sino que también me han enseñado valores que puedo aplicar en mi vida, en el día a día.

Es por eso que hoy quiero compartir contigo estas 9 cosas de la vida que aprendí gracias a los X-Men.

1. Ser diferente está bien

Cada uno de nosotros es un ser único e irrepetible, con nuestras destrezas, nuestras fallas y nuestras luces y sombras propias. Eso es lo que hace a la vida tan intensa, aunque no tengamos poderes mutantes. No temas ser diferente, no temas ser único.

2. Lucha por tus ideales, siempre

Cuando estés convencido de algo, defiéndelo. Nada será peor que traicionarte a ti mismo. Y en ese sentido, si tus opiniones e ideales cambian con el paso del tiempo, sigue luchando por ellos.

3. Tu enemigo de hoy puede ser tu aliado mañana

La vida da muchas vueltas, como un río sinuoso que tiene zonas en las que la corriente es rápida y peligrosa y otras donde el agua es calma y los patos nadan tranquilamente. ¿Metáfora incorrecta? No creo, aunque quizás un poco extensa (eso de los patos fue mucho, ok). Lo que quiero decir es que más de una vez deberemos tragarnos nuestro orgullo y admitir que estamos de acuerdo con argumentos y personas con los que en el pasado jamás hubiéramos podido coincidir. Nada como el ejemplo de vida de Magneto para entender esto.

4. Respeta todos los puntos de vista

En función del punto anterior, es importante tener todas las cartas sobre la mesa antes de juzgar a alguien solo porque piensa distinto que nosotros. Que sus métodos y razonamientos sean diferentes no necesariamente tiene que significar que su causa sea injusta o incompatible con la nuestra. Es importante escuchar a los demás y afinar la empatía antes de juzgar, censurar o definir irreversiblemente que no estamos de acuerdo con alguien. En definitiva, si afinamos el punto de vista, todos los mutantes están de acuerdo en que quieren vivir en paz (algunos matando a los humanos en el proceso, pero ese es uno de los detalles que deberíamos conversar calmadamente, ¿no?).

5. No todo se resuelve con violencia

Por todo lo anterior es imprescindible darle lugar a las instancias de diálogo hasta agotarlas. De nada nos servirá estar convencidos de que nuestra postura es la correcta si no somos capaces de exponerla calmadamente y argumentarla de forma tal que podamos convencer a otros. Del mismo modo hay que saber escuchar, ya que, aunque cueste admitirlo, es posible que estemos equivocados.

6. No hay que condenar a nadie por su pasado

Muchas veces hemos escuchado decir de alguien que «su pasado lo condena». Todos cambiamos con el tiempo, y eso es lo que nos da la oportunidad de redimirnos de nuestros errores y mejorar como personas.

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7. La diversidad hace la fuerza

Y ya que todos somos distintos y diferentes, hagamos de eso nuestra fortaleza. Cada uno puede dar lo mejor de sí y complementarse con el resto. Confía siempre en el trabajo en equipo, ya que si todos hacen su parte, el resultado no puede ser otra cosa que el éxito.

8. Los líderes no son perfectos

Es bueno tener un líder en el cual confiar y al que podamos seguir, pero también tenemos que permitirnos contar con el beneficio de la duda. Los líderes son personas como nosotros, con sus carencias y defectos, y aunque cuentan con la rara capacidad de hacer que un equipo de gente funcione con un objetivo en común, eso no los hace infalibles. Por eso, nunca sigas a nadie ciegamente; permítete cuestionar y meditar sobre sus decisiones, y a la mínima señal de que algo no te convence, plantea tus inquietudes.

9. Los amigos son la mejor familia

La sangre es la sangre, y eso no lo discute nadie. Pero tiene un gran inconveniente: la familia no se elige, es la que nos toca. En cambio los amigos, esos sí que se eligen, y con el paso del tiempo y de las aventuras que vamos viviendo juntos vamos fortaleciendo el vínculo. En la vida pocas cosas serán tan satisfactorias como un buen puñado de amigos, la familia que elegimos.

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¿Y tú has aprendido algo de la vida gracias a los cómics?