¿Qué pasa con nosotros? ¿Por qué existen los gamers machistas?

¿Te lo has preguntado alguna vez? ¿Podría ser que los gamers seamos machistas?

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Ya sé qué me vas a decir: "¡Ay! Otra vez hablando de sexismo, los feminazis de VIX", pero te pido que guardes los insultos para cuando termines de leer esto. Me los tiras al final si quieres.

Partamos del hecho de que la comunidad gamer y la industria en general existe para atender las necesidades de los hombres.

Que los gamers estamos dentro de un sistema que castiga a quienes no son "suficientemente hombres", y que ser gamer significa a veces a no ser "tan" guapo o intrépido y atlético (lo que la sociedad nos dice que es ser "suficientemente hombre"). Y es eso lo que hace que muchos no se sienten tranquilos cuando hay una mujer en el área en la que pueden desarrollar su masculinidad con libertad y sin ser juzgados, en este caso los videojuegos. 

De acuerdo con la socióloga C. J. Pascoe, en su libro Dude, You're a Fag: Masculinity and Sexuality in High School  (Amigo, eres un marica: masculinidad y sexualidad en la preparatoria), los hombres formamos parte de una cultura en la que se nos enseña que la masculinidad, en un sentido tradicional, implica no mostrar emociones, a ser machos, dominantes y competitivos. En caso de no cumplirlo, no somos considerados lo suficientemente hombres. 

¿Cómo nos reprimen?

Por medios de control social, como las burlas o la violencia física, psicológica y algunas otras actitudes parecidas.

Tradicionalmente, dice la experta, las formas de masculinidad que impliquen el cerebro y la racionalidad han sido denigrados, por lo cual los nerds e intelectuales son vistos como "no masculinos" . 

"Ciertamente, las formas de masculinidad más intelectuales han sido denigrados en la historia americana reciente. Los nerds e intelectuales son vistos como profundamente no masculinos (...) Ellos fallan, en muchas maneras, en aplicar los tipos de prácticas de dominación que requieren los hombres jóvenes (...) Esto puede ser tremendamente desalendador para los hombres que son miembros de culturas fandom, debido a que la sociedad 'violenta sus demandas de masculinidad' ", explica Pascoe.

Esto se traduce en que al ser gamers y no cumplir con los requisitos del arquetipo masculino, automáticamente obtenemos el título de “maricas", "jotitos” y demás ante la sociedad.

Decía Gabriel García Márquez, en el Laberinto de la Soledad, que las groserías suelen acompañarse de un contexto sexual y que los mexicanos utilizamos con frecuencia el “chingar” para medir nuestra virilidad.

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Chingarte a alguien es una manera de obtener poder, lo tuviste en modo sexual y fuiste el dominante. Al chingar, desgarraste la masculinidad de un hombre o la dignidad de una mujer. Pues eso mismo pasa en los videojuegos mis queridos amigos.

Al jugar buscamos ser los mejores, en nuestros subconscientes queremos chingarnos a la otra persona, aprovechar momentos de vulnerabilidad y atacar, eso nos hace sentir poderosos y "hombres".

Por ello es que cuando una persona irrumpe en los círculos que consideramos nuestros (y masculinos), nos extrañamos y enojamos, como en el desagradable caso de Anita Sarkeesian, la mujer que nos dijo que las de su género en los videojuegos y otros medios de comunicación de la cultura pop suelen ser representadas como el personaje débil que debe ser rescatado, mientras que los hombres son los que todo pueden.

Lo desagradable del caso fueron las muestras de violencia de género por parte de los “gamers” hacia Anita, al grado de organizar una campaña de intimidación en contra de ella. ¿No me crees? Mira esto:

Y no es la primera ni será la última ocasión que esto sucederá, por desgracia continua con ejemplos como el evento Gaming Ladies en España, para mujeres interesadas en la industria de los videojuegos, con el que se pretendía tener una charla con especialistas, pero el acoso machista fue de tal magnitud que los organizadores decidieron por seguridad cancelar el evento.

La violencia de género y los problemas derivados del machismo son reales y comienzan desde el momento en que te dicen que pareces una "niñita llorando” o que "pegas como niña”. ¡Caramba! Quiero que le digas eso a Ronda Rousey o Holly Holmes en la cara.

Debemos admitirlo, hemos sido sexistas por décadas: un hombre lo puede todo, es macho y fuerte, acaba con dioses, pelea con dragones y es un semental en la cama. La mujer, por su parte, no puede ser la heroína de las historias porque “son mujeres” y "frágiles". Las heroínas tienen la obligación de poseer cuerpos voluptuosos y no más, esa es la característica principal.

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Pero no todo es negativo, aún tenemos una sociedad que constantemente aprende y muchas personas queremos cambiar este panorama. Ahora, más juegos en los que hay protagonistas femeninas comienzan a salir al mercado, cuyos cuerpos no están necesariamente hipersexualizados.

Esto se arregla con empatía

AngryJoe, un youtuber crítico de videojuegos con más de dos millones y medio de seguidores, comentó que la apertura a nuevas ideas en la industria, alejadas de todo lo que pueda ser sexista (como hipersexualizar a una mujer o hacerla la doncella en peligro), permitiría crear nuevas historias lo cual ayudaría a su evolución ideológica.

Los videojuegos son para todos. Tanto un hombre como una mujer los pueden disfrutar por igual, el punto principal es el respeto entre nosotros, porque por muchos años hemos sostenido un ciclo de violencia que echó raíces hasta en los juegos de video, un ciclo que se va a romper cuando nos comencemos a cuestionar y comencemos a escuchar a la otra parte de la comunidad: las mujeres.

Imagen Shutterstock

No permitamos que nuestras diferencias nos destruyan, todos somos una comunidad y lo que nos une son los videojuegos. 

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