Pese a que hoy en día llevar un tatuaje es cada vez más común, en nuestra sociedad todavía existe cierto tabú por parte de un importante grupo de personas que sienten rechazo hacia esta forma de expresión. Muchas veces, los padres de adolescentes (y seamos sinceros, no tan adolescentes) sufren una alteración cuando uno de sus hijos aparecen en casa con un tatuaje.
¿Qué hacer si un hijo se tatúa?

Si bien existen leyes sobre tatuajes en países como Argentina, Chile y México, también sabemos que de una u otra forma los menores de edad siempre consiguen la manera de obtener lo que buscan; si eres padre y temes pasar por una situación parecida debes conocer qué hacer si tu hijo se hace un tatuaje.

Mi hijo se hizo un tatuaje
Muchos padres quizás le prohíben de antemano a sus hijos que opten por cualquier tipo de expresión corporal (tatuajes, piercings, etc.) bien sea porque todavía piensan -y en algunos países es así- que los tatuajes no están bien vistos socialmente o porque creen que sus hijos no tienen la edad suficiente para decidir sobre algo que va a permanecer en sus cuerpos por el resto de la vida.
Estos temores de los padres se hacen realidad y suelen causar un trauma cuando se enteran que su hijo/a se ha realizado un tatuaje. Dependiendo de la personalidad de cada padre las reacciones serán más o menos fuertes, pero es seguro que sus comentarios y quejas se harán sentir.

¿Qué hacer si tu hijo se tatúa?
Cuando un hijo llega a casa con un tatuaje, luego de las emociones iniciales lo ideal es procurar llegar a un entendimiento y aceptar lo que pasó. Te recomiendo seguir estos tips si como padre te encuentras una situación similar:
Hablar con tu hijo
No escondas tu reacción inicial ante un hijo con un tatuaje pero tampoco exageres. Tomando en cuenta que el tatuaje está hecho no vale la pena discutir acaloradamente, más bien debes calmarte y luego hablar con tu hijo sobre el por qué de su decisión.
Asimismo, éste suele ser una buena excusa para revisar cómo va tu relación con tus hijos, pues aunque parezca algo simple, este tipo de acciones muchas veces tienen que ver con sentimientos profundos y quizá deje al descubierto algunas fallas o carencias.
Aceptar la decisión
Luego llega la hora de aceptar lo que ya está hecho, en esta etapa debes ofrecerle apoyo a tu hijo en el proceso de curación del tatuaje; con la charla continua y conociendo el punto de vista de ambos quizá tus hijos lleguen a la conclusión de que no necesitan más tatuajes (o puedes terminar tú con uno).
Si tu hijo es menor de edad, lo más recomendable es mejorar la relación y generar la confianza necesaria para que esta clase de cosas puedan ser discutidas sin miedo; y si ya es mayor, trata de compartir su afición por los tatuajes y disfruta este tipo de expresión del arte.




