Margarita Bahamón, líder de Zumba Fitness en Colombia

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Una mujer luchadora, emprendedora y aguerrida. Así se puede definir a María Margarita Bahamón, instructora de Zumba Fitness y representante del gremio de entrenadores latinoamericanos de esta práctica deportiva ante el mundo, quien habló en exclusiva con iMujer sobre su vida, su esencia y sus proyectos.

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Margarita estudió Administración de Empresas en Colombia y luego se radicó en los Estados Unidos, donde se dedicó por años a su profesión. “Alcancé el "sueño americano" porque comencé como estudiante, desde ceros, hasta convertirme en una de las más altas ejecutivas en una compañía de electrónicos”, recuerda.

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Pero en algunas oportunidades la tómbola de la vida gira y nos da el resultado equivocado. Una clara muestra de ello es la prueba que Margarita tuvo que enfrentar, pues a raíz de algunas complicaciones y la fuerte carga laboral fue diagnosticada con un tumor, el cual sirvió como detonante para reevaluar algunas de sus metas y objetivos.

Enfrentando un mundo nuevo

Dada esta circunstancia, decidió certificarse como instructora de Zumba, no con el ánimo de ejercerla sino como alternativa para hacer frente a su enfermedad.

Al poco tiempo, esta mujer, de un carisma sin igual, regresa a Colombia a recuperarse de sus dolencias y por cosas del destino, ese mismo que le había jugado una mala pasada, sus caminos se abren y termina siendo docente de posgrado en 2 universidades, pero siempre con un pensamiento claro: practicar Zumba.

“Empiezo a asistir a gimnasios aquí (en Colombia) y a tomar clases de rumba que me parecían fabulosas, pero esto me sirvió para notar la diferencia de lo que era rumba y lo que era Zumba, dos disciplinas muy importantes, pero completamente diferentes”, cuenta Margarita.

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De manera intuitiva, Margarita se da cuenta de que esta práctica deportiva podía funcionar en el país y empieza su arduo camino por institucionalizar esta mezcla de ritmo y ejercicio. Su primer paso fue contactar a varios instructores certificados con el fin de unirse a ellos y hacer una revolución en el mundo del fitness. Sin embargo, la ambiciosa propuesta sólo logró negativas.

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Muchas puertas se cerraron, muchos gimnasios no creían en su pensamiento y un cortante NO era el común denominador. Sin embargo, cuando se cierran tantas puertas, muchas ventanas se abren y como una bendición caída del cielo, una conocida le ofrece la terraza de su casa y allí, con 12 personas, Margarita dicta su primera clase de Zumba Fitness en Colombia.

“Ella me permitía traer gente de afuera, al mes ya éramos 30 y esas personas empezaron a contratar algunos salones comunales para que yo empezara a dictar clases; eventualmente esos 2 meses pasaron y decidí regresarme a Estados Unidos a cerrar casa, vender carro y venirme a vivir a Colombia 6 meses más para saber si quería adaptarme nuevamente”.

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Y así fue, la protagonista de esta historia continuó con su trabajo como docente, ahorró dinero, se dio la bendición y abrió su primer estudio de Zumba en Bogotá, un pequeño espacio que tenía capacidad máxima de 15 personas pero con el valor más grande que puede tener una persona: el deseo de salir adelante.

“No podía ser ambiciosa con mi idea porque me sentía sola, pero yo sabía lo que era Zumba y entonces empecé a trabajar en eso. Las clases comenzaron a subir y con los meses pudimos ampliarnos a un estudio de 25 personas. Hoy día este espacio tiene una capacidad de 40 personas por clase, más de 5 mil seguidores en Facebook y un newsletter que llega a unas 3 mil personas, el cual es leído en varios países”, asegura la entrenadora

Con más de 3 años, Studio Sound cuenta con 6 instructores, semanalmente se imparten entre 60 y 70 clases, se realizan prácticas corporativas y tiene todo el potencial para ser considerado un templo en el mundo Zumba.

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La felicidad es la clave

Para ella, esta actividad no es solo un ejercicio ni una forma de perder peso. Para ella, libera tensiones y es un método para que todos saquen una sonrisa.

“Es mi oportunidad de hacer un mundo mejor, de ser feliz, de aprovechar un don que Dios me dio, de poder conectarme con la gente siendo inspiración, transmitiendo salud, alegría y entretenimiento”, afirma Margarita con la pasión que la caracteriza.

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Margarita, la misma que superó su enfermedad, la que luchó por sus sueños, la que ama a su familia y viste de colores vibrantes, es testigo fiel de que los sueños sí se pueden cumplir y, como bien lo dice, tiene en sus manos la herramienta perfecta para hacer feliz a otras personas.

Conéctate con Margarita y sus clases de Zumba.